Manual de etiqueta: cómo sobrevivir en un balneario
Por: Juan Carlos Zamudio
Las vacaciones son una bella época donde los chilangos nos podemos olvidar un poco del estrés citadino y relajarnos. Los afortunados escapan en esas fechas a paraísos exóticos como Miami, Los Cabos, o Hawaii, etc. Pero no todos tenemos la misma suerte y algunos de nosotros tenemos que aplicar el balneario. Es eso, o la alberca en la azotea.
De por sí ir a un balneario es costumbre carente de glamour. Pero no por eso debemos dejar a un lado las bonitas costumbres y comportarnos correctamente porque a fin de cuentas, todos estamos en el mismo lugar pa’ festejar como hermanos.
Galanes de balneario, señores barrigones, el típico hombre de espalda peluda y la mamá gritona son personajes clásicos de estos lugares que, siguiendo estos mandamientos, podrán convivir armónicamente.
1. Entrarás a la alberca sin camiseta sobre todas las cosas
Esa extraña costumbre de entrar a la alberca vistiendo traje de baño y camistea blanca es un fenómeno sociológico que no logramos comprender. De verdad, ¿para qué sirve entrar a la alberca con playera? ¿Será por el miedo a mostrar carnitas? Equis, en un balneario pocos son quienes tienen cuerpo de Adónis.
Así que, de favor, no entren a la alberca con camiesta. Luzcan su esbelto cuerpo de aguacate. Todo mexicano se carga una buena panza.
2. No usarás la alberca como inodoro.
Sabemos muy bien que la sensación de estar sumergido en el agua es un placer carnal. Es una experiencia relajante en muchos sentidos, sin embargo no es el lugar ideal para dejar que todo fluya, al menos no tus flatulencias y/o fluidos corporales. Imagina que en esa misma agua han estado unas 30 personas a las que se las ha hecho fácil tirar el miedo bajo el agua. ¿No te basta? Piensa que si esa alberca no tuviera cloro, parecería agua de piña.
3. Hombres: guardarán el bikini
Está muy bien que los caballeros se sientan segurísimos de su figura circular. Nos llena de alegría que no teman a mostrarse tal cual fueron hechos por las manos del dios taco. Pero tampoco exageren.
Esos trajes de baño que consisten en un calzón impermeable pasaron de moda el mismo día en que fueron lanzados al mercado.
4. No tortearás a tu prójimo
La alegría de escapar de la Ciudad hace que las hormonas se vuelvan locas. El calor del lugar, las chelas que tomaste y los bikinis de las féminas te convierten en un burro en primavera, literalmente. Algunos se vuelven locos y empiezan a toretar a su prójimo porque sí. El problema es cuando “tu prójimo” es tu cuñada. O algún perfecto desconocido.
5. Reprimirás tus ganas de molestar
No hay mejor escenario para molestar a los demás que un balneario. De por sí el hecho de estar ahí es molesto. Åhora imagina que tienes la oportunidad de enrollar toallas y perseguir a medio mundo. ¿LO IMAGINAS? Pues no lo hagas. Es peligroso. Te puedes tropezar al correr por la alberca y quizá cuando despiertes te des cuenta de que has desperdiciado los últimos 10 años de tu vida y por eso estás ahí.
6. No cometerás actos impuros (frente a todos)
El sol, la arena falsa, las camisetas mojadas (ver punto 1), el bloqueador de sol marca SIMI y los cuerpos mojados, inevitablemente suben la temperatura de cualquier ser humano. La carne es débil y sobre todo en situaciones húmedas. Por lo que sugerimos controles tus impulsos y te abstengas de darle placer a tu cuerpo dentro de la alberca. Con 30 personas a tu lado. Y más si 10 de ellos son tu familia.
7. No beberás en exceso
No por estar “entre aguas” tienes que aplicar la metáfora. Nada peor que un mala copa vacacional. Es casi tan nefasto como las 30 películas de La Risa en Vacaiones, pero produce el mismo efecto: no da risa, provoca odio en los demás y puede terminar con tu diversión vacacional.
8. No aventarás a tus hermanos al agua con la ropa puesta
“¡Fue súper divertido cuando me aventaron a la alberca durante la primer hora de mis vacaciones con todo y ropa y se echaron a perder mis tarjetas de crédito y mi celular”- Dijo nadie, nunca.
9. No codiciarás las botanas ajenas
Chicharrones, cueritos, melones, cocos y hasta naranjas abundan en estos lugares y uno no puede evitar babear cuando ve estas suculentas botanas en la carpa de junto. La tentación es tal que uno que otro se anima a ir de cacería tras unos buenos chicharrones, sin embargo se arriesgan a recibir unos buenos golpes, porque unos buenos chicharrones nunca van solos.
10. Te darás un baño antes de cualquier cosa
Es normal que antes de llegar a este lugar cuasi paradisíaco uno pase horas en carretera, microbús y hasta burro, por lo que el olor puede no ser nada agradable. Quizá hasta tengas restos de comida pegados a tu cabello, o sudor oxidado en el cuello. Por lo que antes de saltar a la alberca con tu traje de baño de las águilas del américa, deberás tomar un baño.