Alebrijes de Oaxaca son diferentes a los de la CDMX
Por: Fabiola Pichardo
La paciencia es infinita, el pulso perfecto y la vista casi como la de un águila. Así se trabajan los alebrijes, una artesanía chilanga que ha encontrado su propio camino en Oaxaca.
Según la historia, Don Pedro Linares, el padre de estas pequeñas obras de arte, veía en sus alucinaciones una especie dedragones, a los que les gritaba:”Aléjate brujo”. De ahí su nombre”alebrijes”.
En la Ciudad de México estos seres extraños siempre se han hecho depapel mache y alambre.Pero enSan Martín Tilcajete (Oaxaca) todo es diferente.
Visitamos untaller-escuela en ese municipio.Sus dueños, Jacobo y María, sondos artesanos que perfeccionaron unatécnica que nació en laCiudad de México.
Elproceso es completamenteartesanal. Inicia cuando se corta lamadera del copal,dependiendo de si es hembra o macho se le da forma para convertirlodespués en un ser salido de lo más profundo de lasleyendas zapotecaso de la imaginación de aquél que lo quiera convertir en parte de sudecoración.
Convertir un pedazo de madera en unalebrijeterminado no es tareasencilla, además de las habilidades extraordinarias, se necesitan almenos un par de años.
Conocimos a Emmanuel, un joven que no pasa de los 20 años y ya es un maestroen el arte de dar vida a losalebrijes. Desde niño, como se acostumbra en ese pueblo, aprendió la técnica en su casa y la perfeccionó en este taller.
La destreza en las manos de los maestros artesanos puedenservir para decorar a capricho lo que los recursos puedan pagar. Comoeste casco de motociclista, en el que Daniel, otro de los artesanos de este taller,trabaja 10 horas aldías desde hace algunas semanas para adornarlo con símboloszapotecas. El precio del decorado final rondará los 60 mil pesos.
Un vídeo publicado por Chilango — Revista y Web (@chilangocom) el1 de Ago de 2016 a la(s) 4:55 PDT
Una vez que la pieza se talló, se le dan varios baños de gasolinablanca, se deja secar, se resana, se lija, se vuelve a resanar hastaque la pieza está lista para pasar al área de decorado. En esta áreaestán los más experimentados, en su mayoría son jóvenes que viven eneste poblado y que llegaron al taller para aprender operfeccionar sus habilidades.
Animales del zodiaco zapoteca, fusiones de seres de fantasía,collares, sillas, cuadros, y lo todo lo que pueda ser usado comolienzo se vende finalmente en la tienda del taller. Cada pieza vaacompañada de un certificado de autenticidad en el que se detalla las horas que se invirtieron para su elaboración.
El costo de las piezas que se hacen en este taller varía muchodependiendo del tamaño y tiempo que llevó hacerla. Se pueden encontrarpequeñas piezas desde 90 pesos, hasta verdaderas obras de arte quesuperan los millones de pesos.
La próxima vez que visites Oaxaca, tómate el tiempo de descubrir loque éste y los demás talleres de San Martín Tilcajate tienen para ti.