Un twittero describió perfecto la opinión que levantó entre la clase política y los ciudadanos el pleito que protagonizaron el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, y el cardenal de Jalisco, Juan Sandoval Íñiguez, por mostrar ante las cámaras un cartón de huevos, al tiempo que decía: "Para que los vea Sandoval".
El usuario de la red social se sumó a los cientos de ‘tuits’ que consideraban que nuestro flamante mandatario capitalino había bajado el nivel del debate y le había dado la oportunidad a los jerarcas católicos y a los panistas de llamarlo "político de arrabal".
"Y, ¿por qué no el jefe de Gobierno @m_ebrard y el cardenal Sandoval
resuelven su pleito en un reto, viendo quien escupe más lejos?",
escribió el twitero.
Pero la pelea no se quedó sólo en la foto que le tomaron a Ebrard y en
el mensaje que le envió –sonriendo y posando ante las cámaras– al
cardenal tapatío –con quien tiene un pleitazo jurídico por el derecho
que ahora tienen los matrimonios gay de adoptar–, no. Dos días después,
todos hicieron mofa del tema y revelaron que el jefe de gobierno se había reunido con el cardenal Norberto Rivera.
"Se confiesa Ebrard con Norberto Rivera por denuncia contra Sandoval", decían algunos columnistas. Otros consideraban que no era cuestión de huevos, sino de ideas,
y que no era necesario mostrar una caja de blanquillos para saber que
Ebrard le echaría muchas ganas a su demanda en contra del cardenal.
Ayer, durante la tradicional misa en la Catedral Metropolitana, el vocero de la Arquidiócesis, Hugo Valdemar (otro de los curitas demandados por Ebrard por presunto daño moral), le echó más leña al fuego y afirmó que denunciará
al perredista por peculado, pues ahora resulta que tiene pruebas
para acusarlo de que está pagando a sus abogados con los recursos
económicos de los impuestos capitalinos.
¡Ah, pa’ pleitecito!
Con todo esto parece que va para largo y que debemos prepararnos para ver cómo gobernantes y curas presumen de algo más que sólo valor avícola.