Hubo un tiempo en que nos encontrábamos frente a veinteañeros que nos hablaban de la realidad de la vida… y los avatares de la adultez, a ellos los considerábamos sujetos experimentados, los llamábamos “señores”. Cuando llegamos a los 20 nos dimos cuenta de que la verdad sí estábamos chavos y nos preguntamos en qué estábamos pensando cuando etiquetábamos de forma tan agresiva y arbitraria a los jovenzuelos que estaban en la flor de la vida.
Después llegamos a los 30 y nos dijeron que ni nos preocupáramos, era como tener 20 pero con dinero. Ahora hay quienes nos dicen que los 40 son los nuevos 30.
Ya saben que a nosotros no se nos da eso de encontrarle un significado a las conductas sociales de ciertos grupos de estudio, por eso en esta ocasión quisimos hablar de los chavorrucos entrados en años; sí, hablamos de ustedes, nuestros queridos cuarentones. No se ofendan, es pura cábula*.
*Cábula: Broma, coto. Usado en los 90 por El Burro Van Rankin. Conclusión: estás ruco.
Estas son las principales preocupaciones que todo cuarentón experimenta, e ignoramos cuándo supera.
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Todos tenemos derecho a divertirnos. Todos excepto los chavorrucos que llegan a la fiesta usando una playerita que se le vería muy bien a un jovencito delgado de 20 (y que en ti solo revela tus canitas precoces del pecho), o llevando unas medias de red y una minifalda (que ni a Madonna con todo el ejercicio que hace le hicieron justicia). Ya no hablemos de que vas a pagar un cóver por una estancia de dos horas, ¿o a poco sí vas a aguantar hasta las 6 de la mañana?, ¿sin que tu chava/o te diga nada?, ¿sin que cabecees?, ¿neta? Ok, si tú lo dices, te creemos.
Ropa
Tristísimo es llegar al centro comercial, buscar Aca Joe, preguntarle a una que otra dependienta, que todas te vean con cara de “¿de qué demonios me está hablando?” y caer en la cuenta de que ya no existen más. O ir en busca de tu tienda favorita (GAP), encontrar uno que otro diseñito lindo, probártelo, exclamar: “oh-oh, qué diablos estoy haciendo”, volver a ponerte tus ropitas y salir corriendo del probador. Ah, eviten los pantalones a la cadera. Y los pants con leyenda en las nalgas tipo “I’m sexy”, bueno, esas evítenlas a cualquier edad. Otra cosa: díganle no al cuero. O sea, no es como que se tengan que vestir como viejitos, pero sean prudentes, por favor.
Relaciones
Sabes que algo está mal cuando una chica de 19 años a la que te quieres ligar te ve, te dice señor y te habla de usted. Fin. Todo bien cuando se trate de tu hija.
Para ellas pinta bien. Los jovencitos aman a las cougar.
Crisis
Hay quienes llegan a esa edad interpretando el tema conocido de José José. Nada más demodé. Lo mismo cuando los encuentras en la Harley de Santa Fe, eligiendo el modelo que los pondrá a rodar en las calles de la ciudad. O cuando charlas con ellos y no hilan más de cinco enunciados sin mencionar el muy popular “en mis tiempos”. Les pedimos: aléjense de cualquier objeto punzocortante, por favor.
Nuevas tecnologías
Expresiones modernillas
En realidad el “Ola, k ase” ya no se le permite a nadie, deben saberlo. Tampoco intentes hacer el twerking. Mira, siéntate y reflexiónalo, ya sabemos que de un tiempo para acá todo te vale, haz perdido la vergüenza y eso, pero tú y todos nosotros sabemos que hay un mundo allá afuera que está juzgándote. No lo olvides.
El futuro
Un par de años atrás, el futuro significaba planear la salida al bar para echar un drink con tus cuates, o el lugar de la fiesta del viernes (para amanecer sábado). Ahora “futuro” significa guardar energías para jugar con tus chavitos y ahorrar para su colegiatura (del próximo ciclo escolar). ¿Viajar? Nada de improvisar, llevas una lista con las cuentas de cuánto vas a gastar y en qué, y no te sales del presupuesto. Si eres soltero, diario piensas que ya no está tan fácil conseguir chamba y que ha llegado el momento de prepararte para la vejez.
Deportes
¿Una cascarita de dos horas? ¿En serio? Si no fuiste un ejemplo en cardio, y jamás ganaste una medalla en halterofilia, lo más probable es que tu respiración y tu corazón hayan tomado la decisión de dejar los deportes intensos a un lado. Sí, también nos referimos a correr tras tus escuincles traviesos. Piénsalo, es por tu bien.
La vida
¿Te casaste, tuviste hijos y mascotas? ¿La musica de ahora te parece basura? ¿Prefieres leer un buen libro que prender la tele? ¿Ya no tienes tiempo para ti? ¿Tu dinero está destinado a mil cosas excepto tus caprichitos juveniles? ¿Ves cómo otros disfrutan su afilado colmillo? Espérate a que llegues a los 50, chavo.