Por Wenceslao Bruciaga
Según una amiga, yo soy algo así como un nazi musical. Puede ser, pero el sentido de la tolerancia melómana no lo tengo como que muy desarrollado. En las fiestas siempre llego a un punto en el que quiero escuchar lo que yo quiero, aunque esta conducta ya la estoy viendo en una terapia de 500 pesos la consulta. No así en el sexo. Ahí definitivamente tengo que escuchar lo que se me antoje. Ni modo. Y como buen fascista, estudio los gustos de los demás. Tengo una manía: cuando llego a los departamentos de los hombres con los que probablemente tendré sexo, echo un minucioso vistazo a su colección de discos. Aquí un breve top de los compactos que nunca falta en la repisa de un hombre homosexual. Incluyéndome…
Believe de Cher
El Confessions on a Dance Flor o el Inmaculate collection de Madonna.
Exitos de Juan Gabriel y Rocío Ducral
La trayectoria de Gloria Trevi
¿Por qué disimular? de Jeans
Y los emos gays les da por escuchar una cosa que se llama Kudai…
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