Existen muchos sentimientos que producen placer en la vida. El sexo… hmm es como la novena vez que hablo de sexo en esto, bien calor muy bien eh. Pero bueno, el sexo, un gol, una nalgada bien dada, encontrar una calle sin tráfico a las 6:30 de la tarde, ganar un Premio Nobel y ser aceptado al salón de la fama en cualquier deporte.
Sin embargo, hay uno que está muy arriba de todos estos: ese instante cuando te refrescas de este calor infernal.
Bañarte 3 horas y media con agua fría, cosa que desafortunadamente ya es ilegal por la falta de agua pero era muy rico cuando estaba permitido. Llenar una cubeta de hielos y meter los pies, entrar a un lugar con aire acondicionado (el efecto Wal Mart de Acapulco), ir con la cabeza como perro por la ventana del coche, sobretodo si no van manejando. El primer trago de esa cerveza helada. Meter la ropa que te vas a poner mañana al congelador y el momento al que te la pones uuuuuuuuf. Si van a hacer esto les recomiendo que lo hagan gradualmente. Es decir, empiecen con una playera o calcetines, no metan sus tangas la primera vez.
No metan sus tangas la primera vez.
Recibir un baño de Gatorade en la oficina, sentir una brisa de aire, levantar los brazos y disfrutar cómo se mete por la manga y refresca el sope que ya estaba algo mojado de sudor. O simplemente lavarse la cara con agua helada 78 veces al día. Sí, lo mejor del calor es quitárselo, aunque sea por un instante.