“Porque una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma”, diría La Agrado, en el monólogo de ‘Todo sobre mi madre’ que ya se ha convertido en una escena clásica del cine.
¿En qué momento brotó en la mente de Samantha Flores —o acaso en su alma— el anhelo de revelar su verdadera yo? Nació en el cuerpo de un hombre en Orizaba allá en 1932, soportando el peso de una época y una geografía poco favorables para aquellos que tienen una identidad sexogenérica distinta.
El DF la recibió como una madre generosa: así como era, sin juzgarla. Y aquí es donde echó raíces. Raíces que, dicho sea de paso, no le impidieron bailar, caminar las calles de la ciudad ni fueron obstáculo para trabajar con una gran cantidad de estrellas del espectáculo. Samantha floreció. Algunos creerían que a sus más de 80 años, ella debería estar ya tranquila, en la paz que dan los años. Y sin embargo, se mueve. ¿Cuáles son los sueños y retos de Samantha Flores, hoy por hoy?
Conoce estos anhelos en la revista Chilango de febrero. También hay una galería de alegres fotografías de Samantha que dan fe de que, cuando uno está nacido para florecer, hasta el apellido ayuda.
Recuerda que este mes contamos con 3 portadas, dedicadas a los amantes de las mascotas.
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