En estos días, seguramente te has convertido en uno de los millones de chilangos que atascan los centros comerciales de la Ciudad de México. Además de estacionamientos llenos, tiendas llenas y largas filas en los restaurantes, muchos de los centros comerciales tienen detrás una parte de la historia del Distrito Federal.
Para que encuentres algo más interesante que la música del sonido ambiental, aquí te contamos los orígenes de cuatro de los centros comerciales más grandes de la nuestra amada ciudad.
Plaza Universidad
Inaugurado en 1969, fue el primer centro comercial de la Ciudad de México (sí, antes no había centros comerciales en el DF) y su tienda más importante era Sears, que todavía permanece ahí (aunque ya es de otros dueños).
Aquí también se encontraba el cine Dorado 70, uno de los más grandes y emblemáticos de la capital durante muchos años y restaurantes icónicos de los 70, como el Helen’s, el cual, al estilo estadounidense, innovó ofreciendo pizza y helado, además de que cuando se festejaba un cumpleaños, los meseros cantaban las mañanitas y servían un pastel con una luz de bengala… lo que ahora hacen en todas partes, pues.
Plaza Universidad, que en sus inicios fue proyectada como un lugar al aire libre, fue diseñada por el arquitecto Juan Sordo Madaleno, a quien se le deben varias obras importantes del DF, especialmente centros comerciales.
A lo largo de su historia ha tenido diversas remodelaciones, pero la más importante fue la que se le hizo entre 2000 y 2003, la cual le dio su apariencia actual.
Plaza Satélite
Precisamente, otra de las grandes obras de este arquitecto es Plaza Satélite, la cual fue inaugurada en 1971 y se convirtió en una referencia para la nueva clase media que había empezado a llegar a esos lares en la década de los 50. No es DF, pero es área metropolitana.
Ciudad Satélite había sido proyectada como un desarrollo para las clases trabajadoras; sin embargo, el éxito inmobiliario y la corrupción (¿suena familiar?) hicieron que el precio de los terrenos se elevara, por lo que hacia finales de los 70 era un suburbio “nice” de la Ciudad de México.
Este nuevo vecindario merecía servicios “a su altura”, por lo que en 1968 se empezó a construir este centro comercial que tenía como tiendas base a Sears, Liverpool, Sanborns y París-Londres, las cuales estaban estratégicamente colocadas en los cuatro puntos cardinales de la plaza.
Se trataba del centro comercial más grande de América Latina (no es que tuviera mucha competencia) que tenía un novedoso diseño en forma de “H” para que las tiendas y restaurantes se distribuyeran en cuatro grandes áreas.
A mediados de los 90, se sometió a una remodelación intensa, y a finales de esa década, llegó El Palacio de Hierro, con lo que se le dio su apariencia actual. Todo parece indicar que, en los próximos años, se le agregará un piso más para que tenga tres niveles de comercios.
Perisur
Éste fue el tercer gran centro comercial de la Ciudad de México y que fue inspirado precisamente al ver el éxito de Plaza Satélite y una cierta envidia de la gente del sur del DF que quería algo similar.
Así, en el verano de 1980, justo después de que México pensó que se haría rico vendiendo petróleo y antes de que viviera una de las peores crisis económicas de las que se tenga historia, se inauguró el que entonces se convertiría en el centro comercial más grande de América Latina.
En esos años se decía que esos terrenos pertenecían a Emilio Azcárraga Milmo (el mítico “Tigre”) y que los traspasó a los desarrolladores de Perisur a manera de pago de una deuda por la construcción del Estadio Azteca.
Su apertura fue todo un acontecimiento y, bajita la mano, hizo que muchos chilangos ya no se juntaran con los “satelucos”.
Centro Santa Fe
En lo que antes era el basurero de la Ciudad de México zona de minas de arena, se inició la construcción, a mediados de los años 80, de un nuevo desarrollo que concentraría corporativos de diversas empresas, principalmente enfocadas a la tecnología de la información y a la creación de ésta, una especie de Silicon Valley (por eso empresas como IBM o universidades como la Ibero fueron de los primeros en llegar).
Uno de los puntos importantes de este desarrollo (que, como Satélite, pronto perdió su foco principal gracias a que resultó un gran negocio inmobiliario) era un centro comercial que serviría como punto de encuentro y servicio para la nueva población flotante que llegaría todos los días a ese lugar de la ciudad.
También proyectado por el arquitecto Sordo Madaleno, su diseño fue innovador gracias a que combinaba espacios e iluminación de manera armónica, además de tener acabados de lujo y una distribución que privilegiaba la modernidad.
Fue inaugurada en noviembre de 1993 por el Presidente Carlos Salinas de Gortari, quien impulsó ese proyecto durante su sexenio (el cual estaba viviendo sus últimos meses) y que tuvo la participación de diversos funcionarios, como un joven que trabajaba en el Departamento del Distrito Federal (el DF no tenía todavía un gobierno propio, eso sucedió hasta 1997) que respondía al nombre de Marcelo Ebrard.
¿Qué otra historia recuerdas que esté relacionada con un centro comercial?
También checa
– Osos en hoteles de paso
– Palabras que arruinan un día
– Manual del perfecto gorrón