En los 90 ya se consolidaba un muevo mercado con hambre de ponerse al tanto. Thomas y Ken estaban en el lugar indicado en el momento indicado. No llegaron juntos. «De echo, estoy seguro de que se caerán bastante mal», dice una fuente que, por este tipo de información, prefiere permanecer anónima. El primero es de origen mexicano, estudió en París y a su regreso se convirtió en ele primer “divo” del estilismo nacional. Esta es una característica casi inherente a los grandes y a los no tan grandes —es que son “creativos y sensibles”, comprendámoslos. Thomas (Thomas, Masaryk 495, 5280-3084) llega al grado de evaluar sus clientes para decidir si hay compatibilidad o si le delega el trabajo a uno de sus colaboradores. Y como decide a quien sí y a quien no peinar, nuestro especialista en moda lo llama “el cadenero de las cabelleras mas aptas”. En su salón no se aceptaban tarjetas de crédito, hacerlo hubiese sido sumamente mundano. La estrategia funcionó de maravilla. Ahora ya aceptan tarjetas de crédito.
Ken, “el samurai de las tijeras” (Ken, Prado norte 570, Lomas, 5540-5050), japonés formado en Londres, sostuvo un perfil más sobrio. Dejó que su técnica lo dijera todo. Cortes simétricos, poderosos tajantes. (Salón de Gerard Tardif)
Para esta nota nos paseamos por ambos salones. Ken sigue lleno; Thomas, misteriosamente vació. ¿Sigue siendo parte de su estrategia avanzada? No se pueden tomar fotos, y aunque agradable en el trato, «I don´t do media interviews».