Seguro recuerdas a este gordito simpaticón que controlaba el universo de Star Wars. Jabba Desilijic Tiure (ese es su verdadero nombre) era el ejemplo vivo del hedonismo y la ojetez: por un lado, estaba rodeado de bufones que lo divertían, pero por otro era el jefe máximo de la mafia galáctica. Incluso, en determinado momento, este gordinflón (que hablaba en un lenguaje indescifrable que por alguna razón todos entendían a la perfección) encerró a Han Solo en un bloque de carbonita (dejándolo como una inmensa barra de chocolate oscuro). Sí: Jabba era en este universo el rey del malaondismo.
¿Y apoco no te recuerda a alguien? A ver: es gordísimo. Es ojetísimo. Es líder de toda mafia. Encierra gente buena en carbonita. Habla feo pero todos le entienden (o dicen entenderle). Es clarísimo: este personaje es Manuel Uribe, el hombre más gordo del mundo. Pero no en cualquier día: Manuel fue idéntico a Jabba el día que se comió a Elba Esther Gordillo. Con ella dentro de su estómago, se convirtió en el mayor mafioso del país (no digamos la galaxia), y adquirió ese lenguaje particular que le permite decir “HLNL” así de compadres. Y sí: Este Jabba-Manuel-Elbita tiene el poder de encerrar a la gente en carbonita. Pregúntenle a Madrazo y a López Obrador.