Farca está obsesionado por conocer los secretos de sanación del Niño y traiciona sus valores como médico, como persona y compañero. No le importa nada más allá.
Para Francisco, Farca fue como un niño en la primera temporada (de los tres doctores, siempre fue el más quejumbroso) y en ésta lo ve como un hombre con una misión clara que lo trastorna.
La relación con Lucía y Damián está fracturada, pero siguen unidos por lo que están pasando, aunque ya no como amigos, aún tienen esa conexión.
Es el personaje que está en el centro del conflicto de ciencia contra fe, así que Francisco de la Reguera se documentó para la segunda temporada e investigó a personas como Richard Dawkins, quien busca explicaciones para todo basadas en la ciencia, aunque en tono amable, no como su personaje.
Francisco es de Veracruz y siempre tuvo presente esta situación: hacen limpias y leen las cartas, además está Catemaco, “ver que gente se cura luego de ser sanada te hace dudar, y de eso se trata la serie”, dijo.
A este actor le pareció divertido el rodaje, dijo que para él “fue como ir de campamento porque es diferente a grabar en la ciudad o en un foro”; en esta producción tenían que hacer cosas que normalmente no harían.
Francisco aprendió a manejar una lancha y además no tienen dobles (aunque eso sí, todo se hace con mucho cuidado), así que todas las escenas las hacen ellos. Francisco agregó que “(la serie) exige mucho físicamente”, acabaron muy cansados pero igual de satisfechos.