¿De qué trataba?
Un nerd llamado Dexter Douglas que se convierte en súper héroe casi casi por accidente, pero con tan mala suerte que resulta ser un auténtico freak. No sabe volar, pero finge que lo hace con las manos al frente. Su debilidad son las barras de grafito cargados con iones negativos, la menta y el olor de las alcantarilas. Su enemigo se llama Gutiérrez.
¿Qué la hacía alternativa?
Esta serie, producida por Spielberg, se burlaba a manos llenas de figuras como Diana de Gales, Sharon Stone y Bill Clinton. Tenías tantas referencias a la cultura pop que a veces resultaba más disfrutable para los cinéfilos adultos que para los niños.
¿Por qué nos gustaba?
El humor de Fenomenoide era fantástico, totalmente absurdo pero con el toque Warner, del estilo de Animaniacs, pero mucho más padre.