Chilango

Elizabeth, por siempre

Cincuenta y dos años de carrera cinematográfica. Clásicosirrenunciables: Un lugar en el sol, Gigante, La gata sobre el tejado dezinc, Reflejos de un ojo dorado, Una mujer marcada, ¿Quién teme a VirginiaWoolf?. Películas que marcaron ageneraciones enteras por su poder, su mito, su dramatismo, el inexplicablemagnetismo de su primera actriz.

Elizabeth Rosemond Taylor nació en Londres, en1932. En susaños infantiles se mudó con su familia a EU, inmersa en un mundode aristocracias relativas y conexiones con el mundo del espectáculo. Sus ojos, enormes y púrpuras, llamaron la atención de los agentes. Pensaron,quizá, que en sus manos se encontraba una nueva belleza hollywoodense; estelarizó en sus primeros años varias cintas de amoradolescente. Rondaba los 16 años.

QEPD (Doctormacro)

Pero el mito crecía en un momento de cambios para el starsystem estadounidense. Se retiraban yaalgunos titantes de la pantalla, los que habían formado a la industria del cinecon grandes estudios e impactantes superproducciones. Taylor dejaba laadolescencia y se amarraba de los nuevos gigantes: Brando, Dean, Rock Hudson,Newman, Cliff. Sus películas del final de la década delos 50 la convirtieron en un mito. Eran los años del empoderamientoadolescente (Elvis y su fenómeno, diciendo algo) y Taylor fungía como una desus reinas indiscutibles.

Fueron años de consagración y del comienzo de su leyenda.Hermética, siempre privada, dejó que sus 8 matrimonios alcanzaran los titularesnada más en forma, nunca con contenido. Una mujer lujosa, empedrada con lasjoyas más exuberantes del orbe, descuidada de un físico que, a pesar de todo,nunca la dejó abandonada. Los ojos, como de diamante. Sus momentos actoralesmás rescatables (…Virginia Woolf, quizáel mejor logrado) llegaron cuando no sólo había logrado integrarse al sistemahollywoodense, sino era parte fundamental del mismo. Los sesenta.

Liz, por Andy (Artespain)

No por nada Andy Warhol comenzó su serie de retratos, quelo catapultaron a la fama junto con las sopas Campbell’s, con una imagen deTaylor. Marylin funcionaría mejor por la tragedia y la inocencia, pero Taylorsignificaba la esencia misma de aquellos años Americanos.

Con Richard Burton (Moussedelegrain)

Después de Richard Burton, su marido de mayor tiempo,frecuentó menos al público. Participó en un sin fin de caridades, luchadoraincanzable en contra del SIDA, asumió un papel maternal y excéntrico en suamistad con Michael Jackson, debutó (cuarenta años después de su primeraaparición en pantalla) como actriz en Broadway y, lo sabían todos desde uninicio, aceptó sus problemas de alcoholismo. Ella y otras pocas actricesinventaron, hay que decirlo de alguna manera, los ocasos de las estrellas deHollywood. Los clichés más evidentes, los que rescatamos de inmediato para laficción, se inspiran muchos en los últimos años de Liz.

Como Cleopatra (Missprints)

Liz, la que fracasó con Cleopatra (ajustes inflacionarios de por medio, la película máscara de la historia), con la grandeza que sólo ella podía presumir, tuvo en lapelícula 65 cambios de vestuario y fue la actriz mejor pagada de todos lostiempos…, para aquellos tiempos.

Murió de un paro cardiaco, de pronto. Tenía 79 años.

Una perla, la más púrpura de todas. Descanse en paz.