La verdad ya no sabemos en qué round vamos en la pelea entre el jefe de gobierno del DF y la Iglesia católica de México. Todos recordamos el ancho directo que el cardenal Sandoval Íñiguez le aplicó al carnal Marcelo, cuando lo acusó de haber "maiceado" a los ministros de la SCJN.
El gobierno del DF y los asambleistas continuaron los dimes y diretes, levantaron una demanda y demostraron que a ellos les sobraban huevos (colocados en su debida caja de cartón).
Las autoridades del DF son “verdaderos talibanes laicistas”…
¿Después? Para no perder la prudencia que los caracteriza (sarcasmo) la Iglesia hizo una declaración que dio lugar a un nuevo embate editorial: las autoridades del DF son “verdaderos talibanes laicistas”…
Entonces, la Iglesia católica debe reflexionar: quiénes iniciaron las agresiones. A ver, ¿quiénes? En verdad les decimos, nadie les impide hablar; siempre y cuando lo hagan sin agredir.
Lo mismo va para Marcelo Ebrard y su equipo, quienes en lugar de defenderse se dedican a hacer tremendo escándalo mediático en el que nadie termina bien parado. Cálmense de una vez, recuerden que la “putiza” ya se la puso Alfonso Brito (Comunicación Social del DF) al columnista Andrés Lajous –dice él–.