Confesiones de una adivina caracolera
Por: Colaborador
La adivinación o predicción del futuro es un tema que divide a creyentes y escépticos. Nadie puede negar que nos gustaría saber cómo será nuestra vida en unos cuantos años, si tendremos un mejor empleo, si nos vamos a casar o si por fin nos iremos de viaje a un lugar que no sea Tepetongo.
Y en esta búsqueda nos hemos enfrentado a charlatanes que nomás nos quieren echar un cuento chino para sacarnos la lana y hacer que regresemos una y otra vez con ellos (para afianzar los trabajitos, por supuesto).
Toparnos con alguien que verdaderamente tiene este don es encontrar una aguja en un pajar. Por ello, quisimos entrevistar a Leticia Galván, consejera metafísica desde hace 32 años, cuyas predicciones han causado mucha sorpresa en diferentes ámbitos, desde la política hasta el mundo artístico.
¿Cómo descubriste que tenías este don?
Desde pequeña alcanzaba a ver unas luces que salían de la gente sin saber que se trataban de las líneas aurales. En aquellos tiempos no había mucha información profesional al respecto, quizá había algunos que hacían limpias o se dedicaban la lectura de cartas, pero nada que me pudiera explicar seriamente por qué yo veía esto.
Además de ello, sentía presencias. Desde los cinco años percibía más gente a mi alrededor, por ejemplo, que alguien se sentaba en mi cama y me observaba. Iba corriendo al cuarto de mis papás, pero no me creían. Me tuve que acostumbrar a todo esto.
Al crecer, en una ocasión mi hermana me invitó a que fuéramos con un santero. Yo no creía en esas cosas, pero ella me insistió. Cuando me leyó las cartas, comencé a sentirme muy mal, pues el humo de su puro me estaba mareando. En un momento perdí la conciencia y al despertar, mi hermana estaba a mi lado y me dijo que, efectivamente, yo era vidente.
Lo que sucedió es que el aroma del puro había atraído a un ser que era un pescador cubano llamado Chencho y que al estar en trance, él había tomado mi forma humana. Por tal motivo, yo asumía sus características: el estómago abultado y la actitud de una persona gruesa. El santero me decía que quería rescatar a este ser y por ello me mantenía durante horas en trance hablando con las personas que acudían a él.
Además de él, por mí pasaban otros personajes. Este santero me insistía para ir varias veces con él, para revivir todo esto, por lo que yo terminaba agotada. En un momento, decidí finalizar esta situación.
Al preguntarle a Chencho cómo podía seguir en contacto con él, me dijo que empleara los caracoles, pues de esta forma él siempre estaría a mi lado. Posteriormente la gente empezó a regalarme caracoles de todo tipo y yo les fui asignando un significado. Y fue así como comencé en esto. Me llegan imágenes y los caracoles me las confirman.
¿Cómo lo ve tu familia?
Ellos respetan mi profesión. Sólo me piden que no les diga qué tipo de cosas malas habrá en su vida.
¿Cuál ha sido tu mejor y tu peor experiencia?
He tenido muy buenas experiencias, como ver a hombres que han perdido la fe en ellos mismos y que al poco tiempo la recuperan y se vuelven a poner de pie. También he visto a amas de casa que salvan sus matrimonios. Muchas cosas buenas.
Una experiencia muy desagradable fue cuando acudió a mí un joven muy desesperado. Cuando me disponía a atenderlo, vi a un ser con la piel gris, vestido de oscuro. Fue una sensación muy desagradable. Resulta que este joven vivía con mucha frustración, que buscaba la maldad de la vida y que se había metido en toda clase de sectas.
¿Por qué te consideras consejera metafísica?
Porque esto es una forma de ver la vida. No tengo nada que ver con la cuestión esotérica, puesto que me manejo con la energía de las personas.
¿Cómo te relacionaste con el medio artístico?
Una señora a la que yo atendía me contactó con Shanik Berman y me llamaron para participar en su programa, a partir de eso comencé a atender a varios actores de ahí. Con el paso del tiempo, me llama Edwin Tijerina, quien trabajaba con Raúl Velasco, para participar en un programa llamado Vibraciones Cósmicas, que hablaba sobre temas esotéricos y metafísicos.
Previo a ello, el señor Velasco me invitó a su oficina para leerle los caracoles. Yo le dije que debía tener mucho cuidado, pues iban a entrar en su casa a buscarlo, pero que él, afortunadamente, no iba a estar. Con el paso del tiempo, el señor Velasco me confirmó que esto había sucedido y que, tal como yo lo había dicho no había sucedido nada. Eso hizo que me ganara su confianza. Yo siempre le estaré agradecida por las oportunidades que tuve con él.
¿Alguna predicción que hayas hecho que se volvió muy famosa?
Sí, cuando predije que Luis Miguel tendría una segunda oportunidad de vida. Con el tiempo tuvo un accidente aéreo del que salió airoso.
¿Te da miedo todo lo que ves?
Todos tenemos una parte psíquica, sólo que algunos desarrollamos más esta parte intuitiva. Si lo sabes manejar, no hay problema. Pero si no lo sabes manejar, te dan ataques de pánico por todo lo que ves. Esto te da la oportunidad de observar personajes en otros niveles. Es muy normal ver gente que otras personas no ven, pues constantemente se abren puertas dimensionales y los vemos buscando su luz, apegados a las cosas terrenales.
¿Qué pasa cuando ves alguna tragedia en el futuro de una persona?
Soy muy cuidadosa con las palabras. Si veo la muerte, les pido que cuiden mucho su salud, les digo que se avecinan momentos difíciles o que sus tiempos no son tan largos, pero jamás les digo: “te vas a morir”. No quiero generar angustia.
También trabajas con fotografías, ¿cómo es esto?
Los percibo a través de sus ojos y siento sus emociones. Esto me dice si la persona tiene buenos o malos sentimientos. Me han traído fotos de gente secuestrada, pero es muy difícil cuando ya no siento su energía.
¿Cómo lo vives con tu propia vida?
Es muy complicado, pues sabes muchas cosas que van a suceder, por lo cual trato de evadirlas o de extremar los cuidados.
¿La gente está predestinada?
Hay cosas que ya están en nuestro destino y situaciones que uno puede cambiar. Por ejemplo, todos nacemos con una fecha de caducidad. Los personajes importantes en tu vida también están predestinados. Los demás eventos uno mismo los crea.
¿Qué les parece? Si desean contactar a Leticia lo pueden hacer a través de su teléfono: 5684 9600.