¿Por qué era tan genial?

Porque era unos chiclosos con sabor dulcecita como entre a café y a chocolate, que se derretían en la boca con una sensación como de algo calientito. Yomi.

¿Cuál es nuestra versión adulta?

El novio o la novia chiclosa. Lapas que no se nos despegan, que se ponen calientes a la menor provocación y que apestan a café… y cigarros.

Nivel de diabetes

8