¿Pero cómo?
Ya en serio, si nos ponemos exquisitos a imaginar una semana sin luz, nada de lo anterior sucedería. Lo que sucedería sería un pandemónium, con bajas alarmantes en el comercio y la industria, ¿te imaginas las pérdidas de millones de pesos? El colapso económico y social sería impresionante, sólo basta recordar el gran apagón que vivió la costa este de Estados Unidos (incluido Nueva York) en 1965, durante sólo 14 horas, en el que hubo una paralización de todos los medios de comunicación y transporte, caos aéreo, bloqueos de tránsito y, por supuesto, un pico altísimo de criminalidad.
¿Y de veras pasaría esto?
Si nos ponemos catastrofistas… sí.
¿Estaríamos mejor así?
¡Por supuesto que no! Hoy en día, las sociedades no pueden sobrevivir sin energía eléctrica. Dependemos de ella como del oxígeno.