Enfundados todos en suetercitos tipo César Costa, el presidente Calderón y su familia amenizaron las pantallas de televisión para darnos un mensaje de Año Nuevo. Me conmovieron.
Habló de una promesa de "crecimiento y seguridad" que se antoja como la mentira principal que va a llevar al GelBoy directito a los Pinos y los niños sonreían y sonreían. Entiendo que la figura Presidencial, en este mundo totalizado por los medios y la presencia, debe de eneseñar su carota más humana, pero la gente en México… no estamos de humor.
Al poco rato salió el general Barry McCaffrey, otrora zar antidrogas de los Estados Unidos, diciendo que faltan al menos unas docenas de miles de muertos más. Ahí nomás.