¿En qué consiste?
Bien fácil: búscale amante a tu pareja. Provoca su infidelidad, pero no demasiado (no queremos que tú resultes ser el engañado). Pídele a un amigo que le coquetee descaradamente, para que si te cachan o sospechan, puedas revirar con entusiasmo.
¿Por qué funciona?
Porque tu pareja estará tan concentrada en la culpabilidad y el problema de que haya un tercero, que ni siquiera se dará cuenta que tú por tu lado estás en otro barco.
¿Y si a mí me ponen el cuerno?
Desconfía de esos súbitos ataques de comprensión o si tu pareja te presenta a un amigo que seguramente “te caerá muy bien”.