Ya sea por pudor o nomás por albureros, los hablantes del español hemos encontrado muchas formas de nombrar al acto sexual. “Hacer el amor” se entiende en casi todos lados, pero la neta es que además de cursi, ¿quién dijo que el sexo siempre debe llevar amor? Así como en México cogemos, cuchiplanchamos, matamos la rata a palos o despeinamos la cotorra, en cada país donde se habla el español tienen diferentes formas de decir que le van a dar gusto al gusto. Aquí algunos ejemplos:
Venezuela.
Tirar. No se usa como en México en el sentido de “me voy a tirar a alguien”; el acto recae sobre la pareja. “Estábamos tirando en su habitación cuando su papá nos sorprendió”. Gulp.
Argentina.
Además de “coger”, en muchos otros países de habla hispana se utiliza la palabra “garchar” pues allá al pene se le llama garcho. Siéntese a leer, lo veo cansado. También tienen algunas otras mucho más folklóricas, como “dar matraca”, “dar masita” o “meter la chaucha”.
España.
Follar. Es la manera informal más común que tienen para llamarle al acto sexual. Chistes como el del perrito Tuna The Dog, que dice “Hoy follo. Mañana fescado y fatatas”, no causa tanta gracia en nuestro país porque aquí nadie usa ese término, aunque se conozca. Otra de sus expresiones más comunes es “echar un polvo”. También usan “zumbar”, “pasar por la piedra” o “comer colines”.
Chile (provecho).
Al igual que Venezuela, se usa el “tirar” de la misma manera. Ya cuando se ponen más guarros dicen que van a “culiar”, así, con i. Otras formas de decir que van a bailar el mambo horizontal: “echar una cacha”, una “cachita” y “remojar la nutria” D:
Colombia.
Ellos no fornican, forniquian, con una i intermedia. En las regiones campesinas también se usa jalar, lo que puede ocasionar grandes confusiones con un mexicano que le llama jale al trabajo o al acto de levantar pesas en el gimnasio. Si le dices a un colombiano que fuiste a jalar y por eso estás cansado, creerá que eres todo un campeón.
Perú.
Los queridos compatriotas de La Tigresa del Oriente y Mario Vargas Llosa usan el verbo “cachar”. Así como a nosotros nos suena rarísimo cuando nos dicen “oye, me coges tantito esta bolsa”, ellos te verán igual de raro si es que les dice “oye, eres muy bueno cachando el balón”. Aquí también usamos el “cachar” cuando descubrimos a alguien in fraganti, por lo cual si están con peruanos eviten decir cosas como “ayer caché a mi primo hablando por teléfono con su ex”.
Cuba
Templar. Por ello es que les suena tan gracioso cuando decimos que en México el clima es templado y sus mentes se imaginan no sé qué cosas. También usan el verbo “planchar” y “singar”, que podría ser una derivación de “chingar”. Ojo: si un cubano te dice que quiere fajar contigo, en realidad no te está invitando a echarse un delicioso caldo o faje, sino que se quiere pelear contigo.
Guatemala.
Allá se usa “pisar”. En México también se usa sobre todo en zonas rurales y cuando se habla de animales: “Ese gallo ya pisó a la gallina, entonces va a tener pollitos”. Otro verbo que también se usa en la tierra de Arjona es “chimar”. Suponemos que les ha de parecer que Chimalhuacán es un paraíso sexual y que el famoso Guerrero Chimalli es una estatua fálica o algo así.
El Salvador.
Estos hermanos latinoamericanos son los ganadores de las expresiones chidas a la hora del cuchi cuchi. Ellos como los guatemaltecos también pisan, pero también mojan (muy gráfico el asunto), “comen pollo” y hasta “meten la cara de gato”. Amigo mexicano, si un salvadoreño lo invita a comer pollo no precisamente lo quiere llevar al KFC. ¡Huya y cuéntele a quien más confianza le tenga!
Puerto Rico.
Los boricuas gustan de “chichar” o de “chichear”, ignoramos si tiene alguna relación con las boobs, pero de que está simpático, lo está. Además, al ser un estado no incorporado de USA, se usa mucho el to fuck, derivando en castellanizaciones como “fuckear”.
República Dominicana.
Los dominicanos usan el verbo “rapar” para decir que van a tener relaciones sexuales. Cosa curiosa: mientras ellos rapan, nosotros despeinamos al chino. Bueno, como ya se está poniendo muy explícita la cosa aquí le paramos al recuento.
Ahora bien, es importante aclarar que hay algunas expresiones que se usan en casi toda América Latina con muy pocas excepciones, como “coger”. Ya si creen que las palabras pueden dar origen a muchas confusiones, entonces pasen de la palabra a la práctica con su amistad extranjera de confianza. Al final el intercambio de fluidos es un idioma universal. Guácala, qué rico.
También es importante destacar que incluso dentro de un mismo país existen cosas que sólo se dicen en determinadas regiones, no es lo mismo cómo nos expresamos los chilangos que cómo se expresan nuestros cuates regios o nuestros conocidos que habitan la Perla Tapatía. A lo mejor algún hablante extranjero nunca haya escuchado estos en su tierra pero resulta que sólo se usan en determinada región. Pregunten entre sus cuates y se sorprenderán de las diferencias lingüísticas que hay entre lugares relativamente cercanos.
Si bien América tiene muchos localismos y maneras de llamarle al sexo, la neta, la neta, como México no hay dos. ¿No nos creen? Pues de postrecito échense nuestro artículo de “formas nacas de decir que hoy toca echar pasión” y luego nos cuentan.