¿Cómo era posible la vida humana?
¿Has visto esos como botes de basura rojos que tienen algunas avenidas? Bueno, primera noticia: no son botes de basura sino buzones de correo. En ellos todavía puedes depositar las cartas que escribiste sobre papel, las metiste en un sobre y les pegaste estampillas postales. Cada tanto tiempo, pasa un señor que se llama cartero —cuya función va más allá de pedirte una lana en su día: el reparte las cartas casa por casa— y lleva tu carta a la oficina de correos, en donde la clasifican y la evían a su lugar de destino, al que llegará, si tienes suerte, en una semana o dos… Hum, pensandolo bien, no, la vida humana no era posible.
Desventajas obvias
Por ejemplo, si querías que tu mensaje llegara a Europa el mismo día, tenías que escribir un telegrama, que se enviaba usando la ¡clave morse! ¡S.O.S.!
¿Podía eso tener alguna ventaja?
Sí, no se llenaba tu inbox de basura con cientos de correos todos los días.