Está bien: francamente, los tiempos no están para festejar. Es más, para ser más precisos: estamos jodidos. Pero hay que ser optimistas y ver más allá de los impuestos, la influenza, la falta de agua, la inseguridad, el desempleo, los libros de texto mutilados, las muertes por el narco, la cero inversión extranjera, la muerte del turismo nacional y los programas de Yordi Rosado.
Veamos lo bueno que hay en México, lo que nos hace sentirnos orgullosos de ser mexicanos, lo que nos hace levantarnos cada día y decir: sí, está bien, no es tan malo ser mexica.