¿Por qué impulsar una medida así?
De nuevo: somos unos cerdos. Muchos dejan que su perro use de trono el jardín que le venga en gana. Lo menos que podemos hacer es recoger sus gracias.
¿Cómo cambiarán las cosas para bien?
Céspedes limpios, perros felices y educados, y algo crucial: menos peste en las calles.
¿Y si se malentiende la medida?
La gente levantaría el excremento… para tirarlo en otro césped.
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