Si lo pones en un museo, es una obra de arte conceptual. Si lo pones en una calle, impide que cualquiera se estacione.

¿Qué es?

Es una cubeta llena de concreto ya seco con una varilla que emerge del medio.

¿Cómo funciona?

Se toma la varilla, se inclina el artefacto y se rueda por el pavimento hasta situarlo en el sitio de estacionamiento que quieres apartar.

¿Sirve?

Si bien ya se ven imitaciones piratas —como simples cubetas puestas boca abajo o garrafones de agua semi-vacíos— la supremacía del Rolling-Poste radica en que el automovilista no lo puede retirar de una patada para estacionarse sin romperse el pie. Luego, en lo que lo gira para retirarlo, el viene-viene ya llegó a armarle bronca.

—S’estápartadu jefe. Ahisestaciona elicenciadu.

Teorías acerca de su existencia:

Creemos que el primer Rolling Poste de la historia estuvo en una exhibición de arte dadaísta a principios del siglo XX. Luego se lo robó un viene-viene.