¿Qué es?
Como pasamos cerca de un mes al año trepados en el automóvil, algunos han descubierto que en ese lapso también ocurren cosas.
Por qué nos lo ofrecen siempre.
Les parece muy chistoso que a mitad del periférico haya gente vendiendo refrescos y botanas, o gorditas de nata. O que se te cierre un microbús. O que haya marchas. O que los taxistas te cuenten su vida.
Por qué no vamos a publicarlo nunca.
Porque hablan de una ciudad “vial”, cuando en esta revista buscamos una ciudad “vital”. Chilangolandia no es eso que está de camino al trabajo, o de camino a la escuela, o de camino a casa. Es mucho más que eso… ehm… creo.
Sólo publicaríamos una historia así si…
Si la escribiera alguien con el talento de Julio Cortázar y tratara sobre un embotellamiento que durara semanas.