La tecnología ha cambiado radicalmente la manera en que las personas experimentan todo y los museos no pueden mantenerse al margen de esta transformación. Como muestra, museos como Universum la incorporan cada vez más a sus experiencias interactivas, además de que también se ha convertido en parte fundamental dentro de su proceso de renovación.
Después de reflexionar sobre el estado actual del museo, Universum decidió hace dos años que era momento de cambiar. “Un museo que no se renueva es un museo muerto, entonces lo que estamos tratando de hacer ahora es que Universum prácticamente esté cambiando todo el tiempo”, aseguró el Dr. César Domínguez director general de divulgación de la ciencia de la UNAM. Hoy ya podemos disfrutar de los primeros frutos de este proceso con la inauguración de las salas Océano, identidad desconocida y Hábitat, lugar donde vivimos, ambas con una interesante combinación entre objetos y tecnología.
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Las nuevas salas permanentes cuentan con elementos interactivos no solamente mecánicos, ofrecen experiencias inmersivas que se apoyan en tecnologías como realidad aumentada, realidad virtual y mucho video mapping, “queremos que Universum esté a la vanguardia en todo lo que tiene que ver con la tecnología museística”, confiesa el Dr. Domínguez.
Sin embargo, también reconoce que los museos que solamente dependen de la tecnología pasan de moda muy rápido, “tratamos de ofrecer una combinación que tenga que ver con objetos que son impresionantes, ya sea porque tienen historia o porque son únicos”. Es así como su colección osteológica que es considerada la más diversa del mundo y también su roca lunar, son algunas de las piezas con las que alcanzan este equilibrio entre los elementos interactivos, la tecnología y los objetos.
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Pese a la gran importancia e impacto que representan en la vida de las personas, apenas el 12% de los museos en México son de ciencia, de acuerdo al Sistema de Información Cultura. “Es fundamental que el público tenga una cultura científica porque nos ayuda a tomar mejores decisiones y está demostrado que ayudan a generar vocaciones, es decir, mucha gente después de ir a un museo o ver un documental, le dan ganas de estudiar una carrera científica, sin duda la ciencia es un motor de desarrollo”, comenta el Dr. Domínguez. En Universum saben que se enfrentan a un enorme reto y esto los motiva a aprovechar todos los recursos para lograr acercar al público. Volverlo cada vez más interactivo parece ser la solución.
Con herramientas que van desde pantallas táctiles hasta interfaces hápticas, la tecnología provee a los asistentes de los museos con información megadetallada, experiencias visuales personalizadas, y con mapeos increíblemente precisos. Además, no olvidemos que la tecnología también puede ser usada como una herramienta de accesibilidad que convierte a la experiencia museística en más inclusiva para los visitantes con alguna discapacidad ya sea visual, auditiva e incluso para personas con trastornos dentro del espectro autista.
De acuerdo al Director General de Divulgación de la UNAM, al año asisten más o menos medio millón de personas a Universum y se plantean duplicar ese número en el mediano plazo. En esto consiste en realidad el objetivo general del proceso de renovación y el panorama es bastante prometedor, ya que desde la inauguración de Océano y Hábitat el 25 de septiembre, el museo se ha desbordado de un público curioso y ansioso por interactuar y aprender. “Nos da mucho ánimo y lo que necesitamos en realidad es no bajar el paso y seguir con esto reforzando el proyecto de renovación del museo, requiere de mucho trabajo, mucho empeño de la gente de Universum y también de muchas alianzas con todo mundo que se deje”. Ese efecto podría repetirse cuando se terminen los trabajos de los próximos espacios interactivos, las salas Cielo y Tierra que se espera concluyan a finales del próximo año.