10 secretos de la zona arqueológica más pequeña de la CDMX
En las entrañas de la CDMX se encuentra un tesoro prehispánico. Conoce la historia detrás de la pirámide de Ehécatl en metro Pino Suárez.
Por: Abigail Camarillo
¿Cuántas veces no pasas por el transbordo de la Línea 1 y 2 en Pino Suárez? Pues esta estación esconde un tesoro arqueológico y seguro lo has visto más de una vez. Conviértete en un experto con estos datos de la pirámide de Ehécatl en metro Pino Suárez.
Esta es una de las zonas arqueológicas escondidas en la CDMX que muchos chilangos pasamos por alto. Pues usualmente pensamos solo en el Templo Mayor o Tlatelolco.
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Datos de la pirámide de Ehécatl en metro Pino Suárez
Descubrimiento
Ahora ya nos parece obvio pensar que todo el Centro Histórico y zonas aledañas esconden tesoros prehispánicos. Pero en 1967 la construcción de la línea del metro estuvo acompañada por varios hallazgos.
Uno de ellos fue el de la pirámide de Ehécatl. De acuerdo con Relatos e Historias, este hallazgo trajo un conflicto histórico y urbano. Pues era obvio que debía de resguardarse este encuentro histórico, pero no podían frenar mucho el avance de las obras del metro.
El proceso de rescate y excavación comenzó en 1968 a cargo de los arqueólogos Jordi Gussinyer y Raúl Arana.
¿Y de dónde salió esta pirámide?
Los expertos aseguran que data del año 1400 a 1521 d.C. y aunque actualmente no hay otra estructura a su alrededor, no creas que este adoratorio brotó simplemente de la nada.
De acuerdo con la página del metro, la pirámide de Ehécatl en metro Pino Suárez formó parte de un gran centro ceremonial que se localizaba sobre lo que hoy es la calle de José María Izazaga.
Este sitio estaba conformado por un patio enorme con escalinatas en tres de sus lados. Contaba con varios adoratorios colocados al centro y hasta con celdas habitacionales que se conectaban entre sí con canales y muros. Todo eso formaba un corredor de acceso de la calzada de Iztapalapa que daba hasta Tenochtitlán.
El único hallazgo que se pudo rescatar
Tristemente la mayoría de esas estructuras fueron muy afectadas por la construcción del metro. Como ya mencionamos, no era opción detener el avance de las obras, por lo que no se pudo hacer mucho para rescatar toda la zona.
La pirámide de Ehécatl fue una excepción debido a su localización y a su estado de conservación. Pero aún así podemos decir que no se rescató por completo.
El fotógrafo documentalista Carlo Ardán Montiel menciona en su texto Arqueología en el Metro de la Ciudad de México, que “la parte alta del adoratorio a Ehécatl descansaba sobre un basamento piramidal que se encontró destruido”.
Carlo también recuerda que en 1963 se llevó a cabo una excavación arqueológica en la esquina sur-poniente para la ampliación de la avenida José María Pino Suárez. Ahí se encontraron los restos de un basamento piramidal mexica. ¿Habrá sido parte del enorme centro ceremonial donde se halló la pirámide de Ehécatl?
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¿Quién es Ehécatl?
La pirámide de Ehécatl en metro Pino Suárez también es conocida como el adoratorio a Ehécatl. Pero, ¿quién es este dios?
Para los mexicas y otras culturas mesoamericanas, este era el dios del viento. Y usualmente se le consideraba como una manifestación de Quetzalcóatl. Por eso, muchos templos o adoratorios de esta figura llevan el nombre dual de Ehécatl-Quetzalcóatl.
Se dice que con su aliento inició el movimiento del Sol y de la Luna. Además, trabaja en conjunto con Tláloc para traer la lluvia.
Su forma circular
Una de las características más famosas de la pirámide de Ehécatl en metro Pino Suárez es su base circular. Y no es para menos, ya que de acuerdo a este artículo de Arqueología Mexicana, varios templos dedicados al dios del viento cuentan con esa forma.
De hecho, eso mismo lo puedes observar en el adoratorio que se encontró en Tlatelolco y en este otro muy cercano al Templo Mayor.
Siguiendo con la de Pino Suárez, fácilmente se puede observar en su estructura cuatro etapas de construcción, que de hecho son muy similares a las del Templo Mayor. Se dice que la base circular (que es la última que se construyó) probablemente sirvió como pedestal para colocar la representación de una deidad en su parte superior.
La monita de Pino Suárez
El hallazgo de esta estructura no fue el único descubrimiento, pues en su interior se encontraron algunas piezas que se cree fueron depositadas como ofrendas.
La más famosa de ellas es una figura conocida como “La monita”. Se trata de una extraña escultura labrada y policromada en rojo y negro. Y como su nombre sugiere, representa la figura de un mono (ozomatli en náhuatl).
Lo peculiar es que tiene la máscara bucal del dios del viento Ehécatl. Además, cuenta con dos serpientes: una enroscada en la base y otra que se convierte en su cola.
Adoratorio a otros dioses
A pesar de que todos la conocemos como la pirámide de Ehécatl en metro Pino Suárez, en realidad esta estructura es un adoratorio a tres deidades distintas del panteón mexica.
Esto se debe en parte a sus distintas etapas de construcción, ya que algunas de ellas fueron planteadas con una deidad en particular. Así es como el segmento cuadrangular y más bajo de la estructura está dedicada a Tláloc, dios de la lluvia.
También fue un adoratorio a Omácatl (una forma de Tezcatlipoca que era deidad de los convites) y esto lo sabemos gracias a la cenefa que pareciera que tuviera clavos. Pero estas figuras representan jades o chalchihuites.
¿Es la zona arqueológica más pequeña?
Desde el 2009 el Inah califica a la pirámide de Ehécatl en metro Pino Suárez como “la zona arqueológica” más pequeña de México.
En un boletín de ese año, el Inah informaba que tal cual no se le considera un área arqueológica porque no está registrada administrativamente con esa denominación. Sin embargo, su tamaño hace que gane esa fama.
Dado que este adoratorio se sitúa en un área de tan solo 88 metros cuadrados y sus proporciones son aproximadamente de 10.7m x 7.6m x 3.7m, la nomenclatura le hace honor a las dimensiones.
Las restauraciones
Aunque la pirámide de Ehécatl en metro Pino Suárez está en exhibición al público desde 1969, esta pieza solo ha pasado por un par de restauraciones importantes.
La primera de ellas fue en abril de 2009 y estuvo a cargo de Raúl Arana Álvarez, arqueólgo que también fue parte del equipo de excavación cuando se encontró en 1968. En aquel entonces, se le hizo una limpieza general, restauración y sustitución de estucos.
El segundo gran trabajo de rehabilitación estuvo listo a inicios de 2018. La colaboración entre el Inah con el STC se realizó un enorme trabajo de conservación para recuperar el aspecto que debió tener el templo en tiempos mexicas.
Además, fue hasta entonces que se instalaron cédulas informativas y fotografías para que los pasajeros del metro pudieran conocer más de este adoratorio. Lo más sorprendente fue la proyección de un video mapping que se realizaba todos los jueves en la que se daba a conocer la historia y el mito detrás de esta pieza.
Una zona muy visitada
La pirámide de Ehécatl en metro Pino Suárez se ubica en uno de los transbordos más transitados por los chilangos. De acuerdo a cifras del metro, de abril a junio del 2019 por aquí hubo una afluencia de entre 2 millones 702 mil y 2 millones 263 mil personas.
Eso es más sorprendente si consideramos que en todo el 2019 la zona de Teotihuacan, en el Estado de México, recibió aproximadamente a dos millones 602 mil visitantes.
Si estás de pasada en metro Pino Suárez no olvides echarle un ojo a esta pirámide prehispánica que se mantiene apacible en medio de un río de usuarios.
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