Uno de los más reconocidos revolucionarios mexicanos, Doroteo Arango Arámbula, futuro Pancho Villa, vio la luz por primera vez el 5 de junio de 1878 en La Coyotada, pequeñísima ranchería de San Juan del Río en Durango. Tras dispar contra un hacendado que intentó abusar sexualmente de su hermana estuvo preso pero se fugó, cambió su nombre y de ahí pal real comenzó la vida errante y el mito del insurgente.
Odiado y amado, Pancho Villa fue bandolero, ladrón de ganado, asaltante de caminos, prófugo de la justicia, estratega militar, gobernador del Chihuahua, mujeriego, derrochador de paternidad, filántropo, revolucionario abstemio, entre otros leyendas y realidades.
Sin asistir nunca a clases, Villa sabía de la importancia de la educación y abrió 50 escuelas cuando fue gobernador, invadió a los gringos en Columbus, le molestaba la injusticia y adoptaba a los niños abandonados, incluso pedía pena de muerte a quien cometiera fraude en las elecciones. En su día recordamos 10 momentos de Pancho Villa en la Ciudad de México.
Alegre y Mujeriego
27 de mayo de 1911. Francisco Villa se casó con Luz Corral en Chihuahua. El 24 de julio de ese año visitó la Ciudad de México para tratar asuntos con el presidente Francisco I. Madero, aprovechó el traslado como viaje de bodas. Durante tres semanas visitó las pirámides de Teotihuacán, algunos museos y la Basílica de Guadalupe, se hospedó en el Hotel Iturbide, hoy Palacio de Cultura Banamex (Madero 17, Centro Histórico). Algunos historiadores dicen que contrajo matrimonio unas 27 veces y otros tantos amores sin mediar en enlace civil o religioso, pero a todas les daba el gasto.
Visita a Chapultepec
Septiembre de 1911. Fue recibido en el Castillo de Chapultepec, que fuera ocupado como residencia oficial del presidente Madero, para comer con él en el Alcázar. Durante su estancia en en DF nació la hija que tuvo con Petra Espinoza. No se sabe con precisión pero se estima que tuvo 26 hijos con distintas mujeres, a todos los mantenía y además adoptaba niños o pagaba para que los cuidaran.
Fuga de Lecumberri
7 de junio de 1912. Villa llegó preso al DF y fue recluido en la cárcel de Lecumberri, en Santiago Tlatelolco (actual sede del Archivo General de la Nación), bajo los cargos de insubordinación, desobediencia y robo. Villa pidió audiencia a Madero para ser liberado, pero éste se la negó, lo hicieron a través de cartas. En este lugar conoció a Carlitos Jáuregui, secretario del juzgado tercero instrucción militar que después se convertiría en un hombre de todas sus confianzas. Al principio, Jáuregui le proporcionaba seguetas para limar los barrotes; finalmente (26 de diciembre), Villa se disfrazó de doctor y ambos huyeron a Manzanillo para luego llegar a Ciudad Juárez.
Bautizó una calle
Diciembre de 1914. En la calle San Francisco esquina con Isabel La Católica subido en una escalera y acompañado por simpatizantes, colocó la placa “Avenida Francisco I. Madero”, en el edificio que hoy alberga una tienda de disco y el Museo del Estanquillo. Actualmente esta vialidad es peatonal y va del Eje Central Lázaro Cárdenas a la Plaza de la Constitución. Ese mismo día rindió homenaje al Francisco I. Madero en el Panteón Francés. En su estancia se hospedo en el Hotel San Francis, cerca del caballito y su oficina la tenía en Liverpool No. 76, caminaba de un lugar a otro.
Comilona Chilanga
2 de diciembre de 1914. El tren de Villa y sus tropas llegan a Tacuba, la caballería de la División del Norte acampó en los llanos de Anzures antes de la entrada a la Ciudad de México. El día 4 de Villa vestido con indumentaria militar y kepí se traslada en automóvil de Tacuba a Xochimilco por San Antonio Abad y Tlalpan para encontrarse con Emiliano Zapata, conversaron y firmaron el Pacto de Xochimilco con el cual se aliaban para combatir a Venustiano Carranza. Fue recibido con flores, cohetes y banda de música, en la plaza principal estrechó la mano del caudillo del sur, comieron mole con guajolote, tamales y frijoles con epazote y chile verde en una casa de la 4ª calle de Hidalgo.
Cabalgata en Paseo de la Reforma
Domingo 6 de diciembre de 1914. La División del Norte y el Ejército Libertador del Sur desfilaron en una marcha triunfal por el Paseo de la Reforma para arribar al Zócalo y luego entrar por la puerta grande al Palacio Nacional que duró seis horas, pasaron por calles como Tlacotalpan, Rosales, Plateros y avenida Juárez. El desfile era el símbolo de la victoria y acto que legitimaba el triunfo, unos a caballo y otros a pie, algunos vestidos de manta y huaraches, Villa portando traje de militar oscuro y montaba a caballo. Desde 2007 los domingos el Paseo de la Reforma es cerrado en sus carriles centrales a la circulación de automóviles de las 8:00 a las 14:00 horas y abierto a ciclista y peatones, casi en la misma ruta. En uno de los salones de Palacio Nacional, el entonces presidente Eulalio Guzmán ofrece una comida, en la mesa de honor sienta a Villa del lado derecho y a Zapata del izquierdo.
Levantón en la Alameda Central
En un viaje nocturno por el Centro Histórico, Villa se da cuenta de la gran cantidad de niños huérfanos y en situación de calle, al día siguiente pide al Jefe de la Policía, Vito Alessio, el apoyo de 10 automóviles y junto con un grupo de Dorados recogieron en la Alameda Central y las periferias a los menores abandonados para darles ropa y comida. Mandó arreglar la Escuela de Artes y Oficios en Chihuahua a donde envió en tren a los infantes.
Acusado de secuestro
En un desayuno en el Hotel Palacio (hoy Imperial Reforma), Villa coqueteó a una mesera, al día siguiente el regresó a comer al mismo lugar pero la mujer no se presentó a trabajar por el miedo que le tenía a los revolucionario. Insistente Villa preguntó a la dueña del lugar sobre la empleada, pero se negó a darle información y le digo que tenía un precio que no cualquiera podía pagar, lo cual lo molestó y mandó llevar a la dueña a su oficina, encontró a la joven trabajadora en una habitación. La noticia del “secuestro de una señora francesa” derivó en una nota diplomática al gobierno mexicano, Villa liberó a la mujer e intentó comprar el hotel pero no se concretó la transacción. Después se rumoró que Villa sostuvo una relación con la actriz María Conesa.
La Silla del Águila
“Voy a ser presidente de la república un tantito” dijo Villa al ocupar la silla presidencial en Palacio Nacional y tomarse la foto junto a Zapata, la del archivo Casasola, hay versiones que dicen que el caudillo del sur no quiso sentarse en el símbolo presidencial cuando se la ofreció el general norteño, otras voces dice que Carranza se llevó la silla a Veracruz o que no existía, pues la que ocupó Villa tiene el águila del imperio de Maximiliano en el respaldo. Se tomaron dos fotografías de ese instante, en una de ellas platican ambos revolucionarios, en la otra aparecen con la mirada fija al frente.
La tumba falsa y olvidada
En un atentado muere Francisco Villa la mañana del 20 de julio de 1923 en Parral, Chihuahua, en la emboscada recibió 12 disparos en el cuerpo, partes de su corazón y pulmones quedaron expuestos. Contrario a las disposiciones de Villa dejadas con anterioridad, de ser sepultado en una cripta en la capital de Chihuahua y por instrucciones de gobernador Enríquez los restos fueron enterrados en la fosa 632 en el Panteón de Dolores de Parral.
Casi 3 años después el cuerpo fue profanado ilegalmente y cercenada la cabeza, hay varias versiones y especulaciones sobre el autor y la ubicación de la cabeza, pero para evitar más atentados se dice que cuerpo fue exhumado y sepultado a 120 metros de la tumba y que en el sitio original se colocó el cuerpo de una mujer desconocida. Tras el decreto del presidente Luis Echeverría el 18 de noviembre de 1976 fue abierta la tumba 632 y los restos trasladados a una de las columnas del Monumento a la Revolución en la Plaza de la República en la Ciudad de México, sin embargo es la tumba olvidada, pues es la única que carece del escudo nacional en la puerta que resguarda el cuerpo a diferencia de como Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas.