La obra Obsesión tendrá funciones hasta el 19 de noviembre
Tomemos el arrebato de una mujer de mediana edad hacia un hombre más joven y hagamos una disección: cuando la relación ha terminado, cuando ya no queda más que hablar de la pérdida en el diván de un psicoanalista, ¿cuántas partes quedan de locura en esta mezcla obsesiva?, ¿cuántas partes quedan de amor
puro, incomprensible incluso para la psicología, una emoción llena de misterio para todo el que se diga humano? Ahí comienza la obra Obsesión.
Estas preguntas flotan en el aire de este relato autobiográfico de Irvin Yalom, un afamado psiquiatra norteamericano, autor de novelas y tratados sobre psicoterapia existencialista. Pero lo interesante aquí es la adaptación de la dramaturga mexicana Ximena Escalante, se adivina que fue ella quien le otorgó la dignidad femenina a este personaje encarnado por Marina de Tavira en esos diálogos pausados, divertidos, mordaces. En las varias capas del texto es notable cómo Yalom juzga a esta mujer con demasiada frialdad, quizás porque la ve como un animalito lastimado al que hay que curar.
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En cambio, la adaptación de Escalante de la obra Obsesión la empodera de cierta forma, le otorga un dominio sobre su propia insensatez, aún cuando se trata de una mujer a la espera de una llamada anual muchos tiempo después de que el amorío terminó.
La puesta en escena resulta un tanto monótona, pero vale la pena pagar el boleto para sumergirnos en la psique de esta mujer que actúa en absolutos, alguien que se consume con sus pasiones para que nosotros como espectadores no tengamos que hacerlo.
«Por algo Ximena Escalante es una gran amante de los mitos griegos, ha hecho una gran reescritura de ellos. En Obsesión se sumerge en la profunda obscuridad del ser humano, son cosas muy contundentes, están en el siempre, en el nunca, no son dramas cotidianos o de realismo costumbrista. Al principio nos costó mucho trabajo ir desentrañando el texto, aunque nos dimos cuenta de que la historia está perfectamente bien tejida a través de diálogos crípticos, porque son emociones muy puras.
En cuanto a la labor escénica, lo más complejo fue la parte del erotismo, fue todo un trabajo porque era el despertar sexual de alguien que ha matado todo su erotismo, a través de otra persona que a su vez carga su propio infierno».- Marina de Tavira
La obra Obsesión se cuenta desde el plano presente donde esta mujer casada, cansada, deprimida y suicida busca entender su dolor desde el diván de otro terapeuta (Arturo Ríos, quien hace el personaje del viejo Yalom). Sí, es una mujer hasta cierto punto trastornada, pero al final es nuestro espejo álgido y retorcido de nuestros propios dolores —que son amores, que son obsesión—. Lo único lamentable en esta obra es que el desenlace terapéutico ocurre demasiado pronto, el proceso se oscurece cuando, casi de la nada, la mujer termina por decir que «hay que estar bien»; de pronto se apagan las luces y punto, justo cuando uno comienza a vislumbrar los opuestos que
operan dentro de esta historia.
El director Enrique Singer opta por pintar el escenario de sombras para crear una atmósfera de intimidad y proximidad con el espectador que, por momentos, resulta sofocante, quizás porque así debe ser: somos los convidados de piedra, voyeuristas de ocasión, sentados, listos para observar un terrible accidente. La actuación de Marina de Tavira sostiene toda la obra y no por falta de capacidad histriónica de Arturo Ríos (el psicoanalista viejo) o de Leonardo Ortizgris, el psicoanalista joven, sino porque al final esos dos hombres se convierten en objetos
utilizados para saciar la capacidad destructiva, abrazadora de esta mujer.
«La protagonista es un personaje trágico, no se trata de hacerle un diagnóstico clínico al personaje, sino de encontrarnos en la metáfora de todos los que hemos tenido una obsesión alguna vez. El personaje es una mujer tremenda, uno sólo puede imaginar tenerla de amante, una cuestión muy interesante y a la vez intensa. Marina de Tavira lo hace increíble y nos comunicamos muy bien para hacerla funcionar».- Enrique Singer
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Foro Lucerna (Lucerna 64, Juárez)
Cuándo:Hasta el 19 de noviembre (vier. 20 h, sáb. 18 h y 20 h, y dom. 17:45 h)
Elenco: Marina de Tavira, Leonardo Ortizgris y Arturo Ríos
Dramaturgia: Ximena Escalante
Dirección: Enrique Singer
Productor: Samuel Sosa
Precios: $250 entrada general / $175 estudiantes, maestros e INAPAM. Venta de boletos en las taquillas del teatro o a través de Ticketmaster.
Y acá te dejamos nuestra reseña de Privacidad, con Diego Luna o Luis Gerardo Méndez