Uno asume que La letra con arte entra, flamante exposición del Museo de Arte Moderno, va a versar, únicamente, sobre los mejores exponentes de la tipografía en México. O, al menos, aquellos artistas que han tenido al arte de las letras como un referente inmediato dentro de su obra. En esta aseveración hay parte de verdad.
Porque la muestra, sucinta pero bien curada y museografiada (muros dramáticos, llenos de color y señales), contiene muchos de los grandes momentos de la tipografía mexicana (el logo de las Olimpiadas de México 68 como primer referente), junto con algunos artistas que se han apoyado en la palabra (y por tanto, la tipografía) para producir obra (los nombres de Alberto Gironella o de Ulises Carrión resaltan de inmediato), pero da un valiente paso más allá.
Un ejemplo clarísimo es el interludio fotográfico dentro de la exposición, donde apreciamos cómo es que el mensaje tipográfico a veces resulta ser lo principal dentro de una imagen.
Una de las imágenes sentencia: “Cajas Mortuarias”. A lado, un joven punk mexicano parece correr, amenazado por una pistola con un nombre propio: “Sex Pistols”.
Luego contrasta la tipografía llevada a sus niveles más conceptuales: en un cuadro de Miguel Ángel Alamilla, olvidado pintor abstracto, se lee con fuerza: “Toro”. Pieza comisionada para celebrar la fiesta taurina, que, gracias a su ejercicio tipográfico, dice más, quizá, que el retrato de un torero enfrentándose a la muerte.
Interesante también que, a lo largo de la exposición, aprendemos cuáles son las tipografías más comunes en nuestra historia. Por ejemplo, de las placas de nuestros coches durante décadas (Interstate Medium), de hitos citadinos (el caído Hotel Regis: Futura Heavy) o de grandes marcas comerciales (una cervecera modelo: Modesto Six Caps).
Un acercamiento ligero y rico, pues, el que nos regala La letra… Una revisión concisa y divertida de la propia colección del Museo de Arte Moderno.
Museo de Arte Moderno, Reforma y Gandhi, s/n, Chapultepec-Polanco, mar-dom 10:15- 17:30 h, $60, dom gratis
