La CDMX está llena de estatuas y monumentos. Muchos de ellos son icónicos, otros arruinan el paisaje urbano, pero entre ellos hay algunos que han cambiado de lugar. Te decimos cuál era la ubicación original de esculturas chilangas.
Nuestra ciudad tiene unos 500 años de antigüedad y es evidente que en ese tiempo muchas cosas se han transformado.
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Ubicación original de esculturas de la CDMX
La Diana Cazadora
Parece que siempre se ha posado sobre Reforma a la altura de Río Mississippi y Sevilla. Sin embargo, esta escultura ha cambiado de lugar en tres ocasiones.
La fuente original fue construida en 1942 bajo las instrucciones del arquitecto Vicente Mendiola. Aunque la escultura fue obra de Juan Fernando Olaguíbel Rosenzweig.
La pieza se inauguró el 10 de octubre de 1942 y su ubicación original sí fue una glorieta del Paseo de la Reforma. Pero esta se formaba en el encuentro de Avenida Río Ródano, Lieja y la Puerta de los Leones de Chapultepec.
Esta escultura pasó por mucho: como la vez que se enfrentó a la Liga de la Decencia, la cual le puso una especie de faldón de bronce para “disimular” su desnudez.
El caso es que por las Olimpiadas del 68, se decidió al fin liberar a la escultura de ese taparrabos. Sin embargo, la pieza quedó un poco dañada por lo que se mandó reparar.
Pero aquí viene lo interesante, en el mismo taller donde se creó y utilizando el mismo molde, se decidió crear otra figura de la Diana Cazadora. Y esa segunda versión es la que se quedó en la CDMX. La original, fue a dar a Ixmiquilpan, Hidalgo.
El caso es que esta nueva Diana fue colocada de nuevo en el mismo lugar. Hasta 1974, cuando se realizaron las obras de construcción del Circuito Interior. La Diana Cazadora fue desmontada y resguardada durante unos dos años.
En 1976 pudo ser colocada en el jardín Ródano, en la colonia Cuauhtémoc, donde permaneció 16 años.
Los leones de Chapultepec
Otra ubicación original de esculturas de la CDMX que seguro desconoces es la de los famosos leones de Chapultepec. Estos se encuentran sobre la entrada principal al bosque ubicada sobre Paseo de la Reforma.
Y es que inicialmente, estas imponentes figuras de felinos estaban destinadas a otro lugar. Todo comenzó cuando al escultor francés Georges Gardet se le encomendó la tarea de hacer dos leones para una escalinata que estaría en el Palacio Legislativo Federal.
Recordemos que este fue un proyecto de la época de Porfirio Díaz y que se comenzó a construir en 1910. Sin embargo, con el estallido de la Revolución Mexicana la obra quedó cancelada. Aunque años después se transformaría en lo que hoy conocemos como el Monumento a la Revolución.
Pero regresando a los leones, aunque el Palacio ya no se construyó, Gardet ya había hecho los leones y ya habían pagado por ellos. Así que se decidió llevarlos hacia Chapultepec.
En un inicio, los leones se encontraban a nivel de piso, pero después se les colocó sobre los pedestales de granito. Igualmente, años después se añadió la enorme reja verde que todos conocemos.
El Caballito de Tolsá
Esta gran figura se encuentra actualmente en la Plaza Manuel Tolsá, entre el Museo Nacional de Arte y el Palacio de Minería, en el Centro Histórico.
Para muchos es obvio que entre en la lista de ubicación original de esculturas de la CDMX, pero pocos saben que este espacio ha estado en cuatro lugares diferentes.
Pero antes, contemos un poco de su historia: en 1795 el Virrey de la Nueva España, Miguel de la Grúa Talamanca, Marqués de Branciforte, mandó construir una figura del Rey de España Carlos IV.
Le asignó la tarea a Manuel Tolsá, quien había sido nombrado director de la Real Academia de San Carlos de las Nobles Artes por el mismo Rey. Tras ocho años de creación, la pieza fue terminada y transportada a su primera ubicación: la Plaza Mayor (el Zócalo).
Permaneció ahí hasta 1822, pues fue llevada al claustro de la Real y Pontificia Universidad de México. Esta se ubicaba a espaldas de lo que hoy es la Suprema Corte de Justicia y ahí vivió durante 29 años.
En 1852 fue reubicada a lo que era la primera glorieta de Paseos de Bucareli, en lo que hoy es la intersección de Reforma y Av. Juárez y Bucareli. Para este traslado, se le mandó a hacer un nuevo pedestal que estuvo a cargo de Lorenzo de la Hidalga.
Pero su ubicación final se decidió en 1979, cuando enormes grúas llevaron esta escultura, con todo y pedestal hasta donde se ubica actualmente. Su lugar en reforma fue ocupado por otro caballito, el cual no le hace mucha gracia a varios chilangos.
Los Indios Verdes
Esta lista sobre la ubicación original de esculturas de la CDMX no estaría completa sin mencionar la historia y el largo camino de los famosos Indios Verdes.
Para eso, primero es es necesario viajar a 1889, cuando se realizó la Exposición Universal en París, Francia. Para este gran evento, la entonces Secretaría de Fomento de México le pidió a Antonio Peñafiel y Antonio Anza presentar un proyecto de nuestro país para el pabellón.
Fue entonces cuando se contactó a varios artistas, uno de ellos fue el escultor y pintor Alejandro Cazarín Salinas y se le pidieron dos figuras. El artista eligió representar a Izcóatl y Ahuízotl, los cuarto y octavo tlatoanis mexica.
De acuerdo con un artículo publicado en Arqueología Mexicana, no se sabe con exactitud por qué estas piezas al final ya no formaron parte de la exhibición. Aunque seguramente tiene que ver con sus enormes dimensiones, pues son dos esculturas de bronce de unos cuatro metros de altura y un peso aproximado de tres toneladas.
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Así fue como por 1890 los Indios Verdes fueron instalados a la entrada de Paseo de la Reforma, donde actualmente cruzan las avenidas Bucareli y Juárez. De hecho, estuvieron justo enfrente de El Caballito de Tolsá.
Formaron parte del circuito escultórico de esta gran avenida, pero estas dos figuras destacaban de las demás al no contar con el estilo afrancesado del resto. Esto causó revuelo entre la élite porfiriana, quienes las calificaron de feas.
La presión de la élite ganó y en 1901 fueron retirados de Reforma y trasladados hacia el Canal de la Viga. Ahí vivieron de 1901 a 1930, pues Los Indios Verdes quedaron perdidos entre el paisaje lleno de fábricas y urbanización.
Así que se les movió hacia la entrada norte de la ciudad; donde hoy comienza Insurgentes Norte y en aquél entonces era la entrada de la carretera México – Laredo. Ahí recibían a todos los visitantes de la CDMX; sin embargo, la urbanización los volvió a alcanzar.
Después de casi 60 años, fueron removidos en 1979, pues se tenían los planes para la construcción de la línea 3 del Metro. Eso sí, la estación que quedó aquí llevo el nombre e imagen de estas esculturas.
Pero debido al caos que surgió en este paradero, las estatuas quedaron expuestas al olvido, al vandalismo y a la acumulación de basura por lo que se pensó en una nueva ubicación.
Así fue como llegaron al Parque del Mestizaje donde habitan hasta la fecha. Aunque desde el año pasado, varios tienen la comezón de mover estas figuras otra vez para regresarlas a su lugar original en Paseo de la Reforma.
Sin embargo, en marzo del 2021, la titular de la secretaría de Cultura capitalina, Vanessa Bohórqueso, comentó a Reforma que está descartada esa idea que fue propuesta por el Inah, pues después de un estudio se determinó que era muy complejo moverlos.
La fuente de Plaza Loreto
No, no hablamos del centro comercial que lleva ese nombre. Para este caso te tienes que ir hacia el Centro Histórico, hacia las calles de Rodrigo Puebla y Justo Sierra.
Se trata de una fuente al centro de esta zona. Esa pieza fue creada por el arquitecto Manuel Tolsá en el siglo XVIII. Originalmente se ubicaba en la glorieta sur del Paseo de Bucareli, muy cercana a la Garita de Belén en lo que hoy es el cruce actual de Av. Chapultepec con Bucareli.
En ese tramo existieron otras fuentes hasta más majestuosas, pero esta fue la única que se rescató y se movió hacia el Centro Histórico en 1929.
El Águila del Monumento a la Raza
Esta es otra ubicación de esculturas de la CDMX que se remonta al proyecto fallido del Palacio Legislativo de Porfirio Díaz. Como ya mencionamos con los leones que custodian Chapultepec, para ese proyecto se mandaron a hacer varias esculturas.
Entre ellas también estaba esta enorme águila devorando una serpiente sobre un nopal. Sus dimensiones son impresionantes, pues el ave mide de punta a punta de las alas unos 5.75 metros; mientras que la serpiente tiene 5.30 metros de largo.
Originalmente, esta escultura iba a adornar la cúpula del palacio, pero cuando este quedó inconcluso y se transformó en el Monumento a la Revolución, el águila cambió de dueño.
Desde hace varios años corona el que es conocido como el Monumento a la Raza. Se trata de una pirámide de 50 metros de altura.
Kiosko morisco
Aunque no es una escultura o monumento, el Kiosko morisco es una estructura icónica de la Santa María la Ribera. Sin embargo, pocos saben que su ubicación original no fue esta.
Fue diseñado en el siglo XIX por José Ramón Ibarrola como una pieza del Pabellón de México en la Exposición Universal de 1884 que se realizó en Nueva Orleans.
Por eso, fue hasta 1906 cuando la estructura llegó a la Ciudad de México. Solo que inicialmente se colocó en la Alameda Central. Su llegada levantó toda clase de rumores, como el que decía que se trataba de un regalo de un jeque árabe al gobierno de México.
Sin embargo, en 1910 la estructura fue movida hacia su ubicación actual y su lugar en la Alameda fue ocupado por el Hemiciclo a Juárez.
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