Herbario Medicinal del IMSS, un lugar que parece detenido en el tiempo

El acervo del Herbario Medicinal del IMSS 🌱 empezó desde que se fundó el Instituto Mexicano para el Estudio de las Plantas Medicinales,.

Este lugar podría no reconocerse propiamente como museo sino como centro de investigación. Para visitarlo, se recomienda llamar antes y preguntar cuándo es el mejor momento, pero también se puede llegar, siempre y cuando sea dentro del horario, y dar un recorrido. La mejor opción es pedir una visita guiada, que sólo se da para grupos de máximo 20 personas. El biólogo Santiago Xolalpa Molina es el encargado del Herbario Medicinal del IMSS, y también quien normalmente dirige las visitas.

Por Sofía Viramontes

La exposición está en el sótano del edificio de convenciones del Hospital General, en la colonia Doctores. Te reciben estantes con muestras de plantas secas y pequeños letreros blancos con listas de enfermedades.

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El acervo del Herbario Medicinal del IMSS empezó desde que en los años 70 un grupo de investigadores fundó el Instituto Mexicano para el Estudio de las Plantas Medicinales, mejor conocido como Imeplam. Después, hace casi 40 años, se incorporó al Instituto Mexicano del Seguro Social y pasó de únicamente estudiar las plantas medicinales a incorporar técnicas etnobotánicas, lo que significa que hacen la investigación con especialistas en plantas. Comenzaron a hablar con curanderos, amas de casa, médicos tradicionales y toda persona que pudiera transmitirles su conocimiento de los objetos de estudio.

Actualmente, la colección del Herbario Medicinal del IMSS cuenta con alrededor de 16 mil 500 ejemplares de plantas medicinales que se utilizan en México. Hay para el dolor de panza, para la diarrea, para los cólicos menstruales, para la diabetes (éstas son las más consultadas, según Xolalpa), y también para el mal de ojo, los sustos y los aires.

Uno de los objetivos del Herbario Medicinal del IMSS es tener una idea amplia de qué es lo que la población mexicana usa como recurso herbolario y a partir de ahí conformar una base para posibles trabajos posteriores, sobre todo de tipo farmacológico o fitoquímico.

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Para los mortales es un sitio increíble que parece pausado en el tiempo, en uno de los hospitales más importantes del país. Muestra parte de la cultura mexicana más recóndita y misteriosa, de tiempos en los que el ketorolaco y el ibuprofeno no estaban en el botiquín.