Chilango

¡Hasta siempre, José Emilio Pacheco!

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José Emilio Pacheco fue un escritor sin protagonismos que a través del “realismo coloquial” retrató con letras las calles y voces de la Ciudad de México para inmortalizarla. Utilizó ejemplos de la naturaleza, el tiempo, la destrucción y el drama como fuente de alegorías y lecciones en sus cuentos, poemas, crónicas, ensayos y novelas.

Un escritor central e indispensable en las letras mexicanas, uno de los grandes poetas de nuestra lengua y uno de los mejores cronistas literarios que hizo vibrar el corazón y el entendimiento de muchas generaciones de lectores.

El multifacético y muy querido José Emilio Pacheco falleció el 26 de enero de 2014 a los 74 años de edad y lo recordamos con un breve perfil de su personalidad y sus pasiones.

Siempre discreto

Rehuía a las entrevistas, las rechazaba cada que podía, nunca fue un escritor protagonista, lo expuso en la Carta a George B. Moore para negarle una entrevista: “No leemos a otros: nos leemos en ellos. Me parece un milagro que algún desconocido pueda verse en mi espejo… Usted que me ha leído y no me conoce. No nos veremos nunca pero somos amigos. Si le gustaron mis versos qué más da que sean míos/ de otros/ de nadie. En realidad los poemas que leyó son de usted: usted, su autor, que los inventa al leerlos”.

Amante de la poesía

Decía que la poesía “no es signos negros en la página blanca. Llamo poesía a ese lugar del encuentro con la experiencia ajena… la poesía: una forma de amor que sólo existe en silencio, en un pacto secreto entre dos personas, de dos desconocidos casi siempre”. Pensaba que la poesía estaba hecha para dar esperanza a la gente y en septiembre de 2013, durante el ciclo de Poesía en el Museo, señaló: “no sean pesimistas y no sufran por lo que no ha pasado, porque va a suceder de otra manera”.

Otro pero el mismo

Cuando revisaba sus libros años después de la primera edición cambiaba títulos, corregía, suprimía, añadía y hacía aclaraciones; incluso parecían otros libros, como sucedió en 1977 cuando reescribió la novela Morirás lejos que tiene diferencias notables con la edición que apareció 10 años antes. Y José Emilio Pacheco se justificaba: “prefiero ver en los textos iniciales la colaboración entre un escritor precoz y uno tardío que aún está aprendiendo. Al joven que fue le digo en desagravio que las modificaciones a los textos de años más próximos no han sido menos severas”.

Activista social

El 15 de enero de 2014 José Emilio Pacheco y otros 22 ganadores del Premio Nacional de Ciencias y Artes informaron su decisión de impugnar ante la Suprema Corte de Justicia el decreto de reforma constitucional en materia energética por violaciones graves al procedimiento con que se aprobó.

Durante una charla en la sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la UNAM, consideró que la legalización de las drogas es una de las soluciones posibles para contrarrestar el problema del narcotráfico en México.

En 2012 firmó, junto con un grupo de artistas e intelectuales mexicanos, un desplegado en el que pidió el voto útil a favor del candidato de la izquierda. Fue un defensor de la escuela pública y estaba por fortalecerla porque “es la que pagamos todos con nuestros bolsillos”.

Pasión por la vida

Sabía que la vida es impredecible, como dijera Jorge Luis Borges: “todo, entre los mortales, tiene el valor de lo irrecuperable y lo azaroso”. Pedía a la gente disfrutar el Distrito Federal y nunca rendirse: “la ciudad es de los jóvenes. Va retirando a uno constantemente. Para mí una limitación terrible es ya no poder usar el Metro o cruzar los ejes viales. Ahora, simplemente, no puedo salir. Pero ustedes no piensen en que van a envejecer. Me parece abominable el tipo que dice: ‘jóvenes, ustedes también van a envejecer’. No sabemos nada, vivan al día”.

Cariño por el DF

Buena parte de la narrativa de José Emilio Pacheco sucede en la Ciudad de México, la cual amaba con profundidad: le dolió verla destruida en el sismo de 1985 y para sufrir junto con ella y exorcizar su dolor escribió Las ruinas de México: el día se vuelve noche/polvo es el sol/el estruendo lo llena todo/…Es lo único eterno/Sólo el polvo es indestructible/Avanzo, doy unos pasos más/miro de cerca el infierno/Muere el día de septiembre/entre la asfixia y los gritos/…De aquella parte de la ciudad que por derecho/de nacimiento y crecimiento, odio y amor/puedo llamar la mía (a sabiendas/de que nada es de nadie) no queda piedra sobre piedra.

A favor de la memoria

Le gustaba juguetear con el tiempo y los recuerdos, estaba en contra del olvido y la nostalgia. Un día declaró: “…yo objeto el término de nostalgia. Nostalgia es hacer un pasado de Walt Disney. La nostalgia no existe, yo estoy en favor de la memoria, de que no se olviden las cosas, no de decir que fueron mejores. No se puede idealizar ningún pasado…”.

Crecimiento personal

Crecer duele. Los golpes y las ausencias en la vida ayudan al desarrollo personal. Así lo reflejó en el poema La mayoría de edad donde apuntó: En busca de la madurez/no se alcanza por fecha de nacimiento/ni consta en los archivos oficiales/nos graduamos de adultos nada más/cuando alguien nos deja/en plena juventud llega de pronto/el sabor de la muerte.

Crítico social

Siempre fue claro y directo en sus opiniones sobre lo que sucedía en el país. En ocasiones utilizaba a los personajes de sus novelas y poemas para hacer una crítica, como lo hizo en Circo de noche donde empleó a los payasos: Por los payasos habla la verdad/Como escribió Freud, la broma no existe:/todo se dice en serio/Vuelve cosa de risa lo intolerable/Nos libera/de la carga de ser/la imposible carga de estar vivos/Cuando se extingue la carcajada y cesa el aplauso/nos quitamos las narizotas/la peluca de zanahoria, el carmín/el albayalde que blanquea nuestra cara/Entonces aparece lo que somos sin máscara:/los payasos dolientes.

Visión de la muerte

En el poema Panteones, José Emilio Pacheco da un esbozo sobre su visión frente a la muerte: …no pienso en otro mundo, me indigna éste/que se deshace así de los muertos/Da horror pensar en los restos abandonados/más durables que afectos y gratitudes/Hay que terminar con los panteones y su intolerable/perpetuación del olvido/Todos debemos ser ceniza arrojada al aire/volver cuanto antes al polvo/que en su misericordia nos absuelva y acoja.