Con motivo del Día Internacional de la Niña —que se celebra el 11 de octubre— te contamos sobre algunas niñas que están mejorando sus comunidades y trabajando por mundos posibles. Es importante que reconozcamos y celebremos las infancias siempre.
Las niñas y adolescentes en todo el mundo cada vez son más activas políticamente, al saberse entes sociales con agencia y participación dentro de los espacios que habitan. Miles de mujeres jóvenes y niñas están buscando maneras de innovar el mundo al reconocer los problemas que las atraviesan a ellas y a sus comunidades. Así, ha nacido una nueva generación de líderes sociales cuyas ideas ven hacia el futuro.
Aquí enlistamos a 5 de estas niñas de diversas edades que están cambiando el mundo
Sophie Cruz, 10 años
Sophie es hija de migrantes indocumentados provenientes de Oaxaca, Mexico y desde muy pequeña comenzó a alzar la voz por los derechos de sus padres y del resto de los migrantes, quienes merecen una vida digna. De manera particular Sophie también lucha por la permanencia del programa DAPA (Acción postergada para los padres de americanos, por sus siglas en inglés). Esto le permitiría que sus padres permanecieran con ella en Estados Unidos de forma legal. Sophie se manifiesta en contra de la separación de las familias en el país y ha sido invitada a diferentes marchas y encuentros sociales para hablar de su experiencia.
Xóchitl Guadalupe Cruz López, 11 años
Otra de las niñas (mexicanas) que están cambiando el mundo es Xóchitl. Ella es una científica e investigadora joven originaria de la Zona de los Altos de Chiapas. Xóchitl se convirtió en la primera niña en recibir el Reconocimiento ICN a la mujer otorgado por el Instituto de Ciencia Nuclear (ICN) de la UNAM. Su trabajo, que desarrolla alternativas de energía limpia y accesible para todos y todas. También evidencia la importancia de espacios seguros en los que las infancias puedan desarrollar sus pasiones e inquietudes. El proyecto de Xóchitl de un calentador solar casero permitirá que personas de bajos recursos que no tienen acceso a electricidad o gas puedan calentar sus hogares sin la necesidad de cortar leña.
Amariyanna “Mari” Copeny, 14 años
Mari es una activista de Michigan, Estados Unidos, conocida por trabajar en concientizar a su comunidad y al resto del país sobre la crisis de agua en Flint, Michigan, su ciudad natal. Adicionalmente, Mari logró recolectar fondos para apoyar a infancias de bajos recursos a lo largo de su estado y el resto del país al proveerles útiles escolares a miles de niños y niñas en situación de pobreza.
Kahlila Williams, 17 años
Kahlila es una estudiante que comenzó una campaña para concientizar a más gente sobre las maneras en que la violencia policiaca y la pandemia han afectado particularmente a la población negra y morena de Estados Unidos. Esto lo hizo durante su último año de preparatoria. Asimismo, Kahlila reconoció que a pesar de no contaba aún con la edad para votar en las elecciones para presidente de su país, podía actuar de otras formas. Así, comenzó a participar de manera activa en el movimiento Black Lives Matter. Posteriormente fundó una unión de estudiantes negras en su colegio para exigir el fin de las detenciones arbitrarias y del uso de gas pimienta por parte de la policía, quienes suelen criminalizar masivamente a estudiantes racializados.
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Greta Thunberg, 18 años
Otra de las niñas que están cambiando el mundo que probablemente ya conoces es Greta Thunberg. Ella es una activista ambiental sueca reconocida mundialmente por exigir directamente a líderes de su país y del resto del mundo tomar acciones efectivas frente a la crisis por el cambio climático. Además, Greta, quien comenzó a manifestarse por la causa afuera del Parlamente sueco a los 15 años. A logró crear consciencia en de estudiantes de su país y de otras naciones. Esto llevó a miles de jóvenes a protestar por la falta de propuestas gubernamentales para salvar al planeta.
Las voces de estas niñas y mujeres jóvenes están teniendo un efecto enorme en el mundo que vivimos. Sus luchas darán paso a las agendas políticas que harán de las comunidades mejores lugares para vivir. Y, de paso, inspirarán a las niñas del futuro. Por ellas y por todas, ¡que vivan las niñas!