18 de agosto 2021
Por: Alfonso Ortega Mantecón

Conoce a las 8 femmes fatales más duras de la historia del cine mexicano

Existen pocos arquetipos cuya trascendencia y vigencia sean equiparables al de la denominada femme fatale. ¿Conoces a 8 del cine mexicano?

Existen pocos arquetipos cuya trascendencia y vigencia sean equiparables al de la denominada femme fatale. Estos personajes han poblado los universos mitológicos, literarios, pictóricos, operísticos y cinematográficos, lo que evidencia el gran peso de estas seductoras y peligrosas mujeres en la historia de la cultura y del arte. 

El término de femme fatale mundialmente utilizado y conocido surgió en 1898, cuando fue utilizado por primera vez por Georges Darien en su novela Le voleur. Este fue empleado para describir a uno de sus personajes:

Sí, una bella morena, vestida como una femme fatale, con largas pestañas que apenas velan la impetuosa sensualidad que ocultan los ojos, muy negros y rodeados de una sombra azulada; frente ligeramente blanca y pómulos ligeramente rojos; la piel de un resplandor muy brillante como una nube de ceniza ligera […]. Esta mujer es una mujer viva, pero también trabajadora; ella se acuesta tarde, pero se levanta temprano; ella se divierte, pero trabaja; lidera esta existencia de doble parte, tan frecuente entre las mujeres parisinas, que les da el atractivo especial de las flores artificiales, menos frescas que las otras, sin duda, pero que no deben marchitarse. 

De manera sintética, podría definirse a la femme fatale como un arquetipo producto de la fantasía masculina y de la misoginia, que presenta a la mujer que no se doblega ante el varón ni ante los roles de género y a las instituciones patriarcales. Ante todo se trata de una fémina que hace uso de su inteligencia, cuerpo y sexualidad para seducir a los demás —sean hombres o mujeres— para obtener algún provecho, conduciéndolos siempre a un fatídico desenlace.

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Una mujer que cuestiona la idea de feminidad custodiada por el patriarcado. 

Las mujeres fatales han poblado la historia del cine, pudiendo identificar a aquellas vampiresas provenientes del cine silente, las divas de las producciones italianas de inicios del siglo XX, las fatales del cine negro, las devoradoras del cine mexicano, las mujeres espías y las dominatrices del thriller erótico. Resulta posible trazar la ruta de la fatalidad femenina desde los albores del séptimo arte hasta producciones contemporáneas como la cinta Perdida (David Fincher, 2014). 

Estas misteriosas y enigmáticas mujeres han poblado las carteleras internacionales seduciendo tanto a espectadores como a la crítica misma. El cine mexicano no es la excepción a la regla. En nuestro cine es posible identificar una larga lista de femmes fatales que ocupan un lugar especial en la historia del arquetipo. 


A continuación presentamos ocho mujeres fatales trascendentes del cine mexicano, desde la denominada Época de Oro hasta producciones más recientes. 

1 – María / Magdalena (Dolores del Río) en La otra (Roberto Gavaldón, 1946)

Una de las grandes estrellas del cine mexicano de la Época de Oro se dio a la labor de interpretar a dos mujeres fatales en una de las películas más reconocidas del film noir nacional. 

La trama sigue a María, una mujer con problemas económicos que asesina a su hermana gemela Magdalena buscando usurpar su personalidad y vivir rodeada de lujos. Sin embargo, el destino no tarda en demostrarle que la vida de esta no era tan cómoda como aparentaba.

Roberto Gavaldón se encarga de construir un entorno sombrío y melodramático que acompaña a su protagonista en su caída hacia la perdición y el crimen.

2 – Diana (María Félix) en La devoradora (Fernando de Fuentes, 1946)

La figura de la femme fatale mexicana halló en María Félix a una actriz que incorporó la fatalidad a su propia imagen artística. En este filme de Fernando de Fuentes, la protagonista se encarga de asentar el empleo del término “devoradora” para referirse a las fatales del cine nacional. 

La trama se centra en la historia de Diana, una joven mujer que ha seducido y envuelto a un hombre mayor que ella y con buena posición económica. La Doña se presenta como un personaje poderoso, inteligente y capaz de manejar a los hombres a su antojo. 

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3 – Ada (Leticia Palma) en En la palma de tu mano (Roberto Gavaldón, 1950)

Gavaldón regresa a la silla del director para concebir a una de las mujeres fatales más frías y calculadoras del cine mexicano. Todo, partiendo de una historia de Luis Spota y un guión de José Revueltas. 

La cinta narra el camino hacia la perdición que emprende el astrólogo Karín al relacionarse con Ada. Ella es una mujer que asesinó a su esposo con ayuda de su amante y que ahora pretende envolver en su red al protagonista.

Un llamativo vestuario, mordaces diálogos y una sutil pero poderosa seducción convierten a Ada en una femme fatale muy cercana a la tradición del cine negro hollywoodense. 

4 – Teresa (Maricruz Olivier) en Teresa (Alfredo B. Crevenna, 1961)

La famosa Teresa interpretada por Angelique Boyer que cautivó a los televidentes en 2010 y que destacó por su belleza y ambición tiene su origen en una primera telenovela de 1959, misma que dio pie a un filme protagonizado por Maricruz Olivier.  

Esta cinta cuenta con una historia muy similar a la telenovela. Se cuenta la lucha de la joven Teresa por escapar de la pobreza a costa de los hombres con los que se relaciona afectivamente; destruyendo múltiples vidas en su camino. Se trata de un filme indispensable para los seguidores de las femmes fatales de la pantalla chica.

5 – Las mujeres pantera (Tongolele, entre otras) en Las mujeres pantera (René Cardona, 1967)

Los protagonistas del cine de luchadores se enfrentaron a un amplio bestiario conformado por vampiros, hombres lobo, momias, extraterrestres, zombies, científicos locos y ¿mujeres fatales? 

En efecto, en Las mujeres pantera los héroes y las heroínas del pancracio nacional se enfrentaron a un grupo de mujeres adoradoras de Satanasa —no Satanás— que planean una ancestral venganza en contra de los descendientes de la familia Pietra Santa. La famosa bailarina Tongolele encarna a una de estas fatales que hacen uso de su belleza y seducción para conducir a sus víctimas hacia sus garras.

6 – Jessica (Angélica Chaín) en El diario íntimo de una cabaretera (Gilberto Martínez Solares, 1989)

Varias mujeres fatales mexicanas vieron la luz dentro del no muy querido ni valorado cine de ficheras. Siendo descendientes lejanas de las cabareteras de la Época de Oro del cine nacional, estas mujeres destacan por una sexualidad desbordada, grandes ambiciones económicas, así como por ser una representación de las fantasías eróticas masculinas. 

En este filme del veterano director, Jessica es una joven mujer con un pasado tormentoso que ha logrado subsistir a expensas de los hombres con quienes se ha relacionado a lo largo de su vida. Como un eco de La otra, Jessica cuenta con una hermana gemela. 

7 – La Rubia (Emma Suárez) en Todos los días son tuyos (José Luis Gutiérrez Arias, 2007)

¿Todavía existen mujeres fatales en el cine mexicano contemporáneo? Muy pocas, pero el arquetipo continúa presente en algunas películas. Sin embargo, estas suelen ser muy diferentes a sus antecesoras y presentar importantes rompimientos al esquema narrativo.

En Todos los días son tuyos, la actriz española Emma Suárez encarna a la Rubia, una supuesta agente que ha venido a México a esclarecer una turbia investigación policial. La fatal destaca por el uso de su sexualidad para obtener la información que desea. También, por su severo carácter capaz de dominar a los hombres que la rodean. 

8 – Aída (Diana Lein) en Rencor tatuado (Julián Hernández, 2018)

Dentro de las transformaciones que han experimentado las femmes fatales contemporáneas resulta indispensable mencionar el caso de Aída Cisneros. Ella deja a un lado el individualismo que había caracterizado a otras fatales, para adquirir en su lugar el papel de justiciera en una venganza de género. 

La protagonista utiliza un disfraz de mujer fatal para atraer a los hombres que han abusado de otras mujeres. Una vez que estos caen su red procede a tatuarlos, dejándolos marcados de por vida. La tinta de los tatuajes viene a representar el sufrimiento causado a las víctimas de las vejaciones.