“Nosotros nacimos en la Condesa y no tenemos por qué irnos”, dice tajante Bruno Bichir, quien defiende el derecho del Foro Shakespeare a permanecer en el lugar donde nació y creció durante 33 años.
El proyecto cultural que iniciaron Héctor Fuentes y Esther Grinberg –”dos locos enamorados de las artes”, los define Bichir– en la calle de Zamora, tiene fecha de caducidad, pues el propietario de uno de los dos inmuebles que lo albergan emitió una orden de desalojo que vence en octubre de 2018.
Bajo esta primicia, el único espacio que el Foro Shakespeare ha podido negociar para el desarrollo de un nuevo edificio que garantice su supervivencia,es el Parque Cholula en la colonia Hipódromo II. Pero los vecinos no le han dejado el camino fácil, porque llevan casi dos años exigiendo la rehabilitación del mismo espacio a las autoridades delegacionales y niegan la posibilidad de que los dos proyectos confluyan.
El actor define la situación con una palabra: tristeza. Tristeza, dice, porque hay una negativa absoluta por parte de los habitantes, los califica de “incongruentes y necios” porque quieren un espacio escultural pero no un foro teatral.
“Esto en mi mundo no cabe. Me parece del medioevo. Si no quieren más teatro, ¿qué haremos después? ¿Una quema de libros?”, suelta en entrevista para Chilango.
El titular del Foro vislumbra un camino cansado y lento. “Yo creo que vamos a desistir de este espacio, aunque les deseo que en un futuro no les pongan un edificio que no sea de utilidad para la comunidad, una casa de cultura que nadie opera o una cancha de basquetbol que nadie usa”, relata.
Si no es este sitio las opciones son pocas: cerrar, quedarse en Zamora 7 y reducir los espectáculos o acercarse a la iniciativa privada, aunque reconoce que nadie invierte su dinero en obras independientes como las que se muestran en este espacio.
A ojos de Bruno, el parque es un espacio abandonado que puede fungir como un punto de unión entre colonias, la Hipódromo y la Escandón, y su proyecto sería la clave para convertirlo en un destino, trayendo consigo mejoras viales en pro del peatón y una explotación del transporte y el espacio públicos.
“Si tuvieran visión se darían cuenta de que esto puede despertar la zona positivamente y ser un contrapeso para todos los problemas que tiene el perímetro actualmente. Pero no. Esto no es un desarrollo inmobiliario ni un abuso de privados, esto es cultura y la cultura merece tener un espacio”, enfatiza.
El diputado constituyente se ve decepcionado, cansado por el tema del Foro, pero también lo está de la política. “Acepté porque quería hacer algo por mi ciudad, pero veo que los intereses ciudadanos quedan detrás de los partidistas. Es como aquí, con los vecinos, todo es tan oscuro que realmente quién sabe qué intereses tengan, menos si me quieren decir que un espacio de actividad creativa para las artes escénicas, que detona en un sinfín de beneficios para la sociedad es menos importante que una cancha de basquetbol, pero si eso es lo que la gente quiere, está bien. Nada que podamos hacer”, concluye.
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