El mirrey que se convirtió en un niño autista
Por: Fernanda López Díaz
Luis Gerardo Méndez será Christopher, el chico autista de 15 años que protagoniza El curioso incidente del perro a medianoche, la obra más premiada del teatro inglés y que ha llega a México, incluso antes que a Broadway.
Christopher John Francis Boone vive con su padre en un vecindario de clase media inglesa; pero no es un jovencito típico: está obsesionado con los números. De brillante inteligencia, sus emociones están alteradas y el contacto social y la intimidad se le resisten. Christopher es un chico con síndrome de Asperger, una de las formas del autismo y el personaje principal de El curioso incidente del perro a medianoche, premiada con siete Olivier Awards -el equivalente británico del Tony gringo- como Mejor Obra del 2012.
Luis Gerardo Méndez, uno de los jóvenes actores más talentosos de su generación, tiene el reto de ser el Christopher de la versión mexicana y su encomienda es mayúscula. Lo tiene claro: ?Como actor siempre construyes tus personajes desde un punto de partida que tiene que ver con tu experiencia. En esta obra es absolutamente distinto; es como aprender un nuevo idioma. El personaje piensa distinto, expresa sus emociones de otra manera, habla distinto, sus estructuras mentales son completamente distintas, porque es un chico con Asperger; entonces empecé a construir de cero?
Es obvio que el personaje era atractivo, ¿pero qué te dice a ti como actor?
Cuando leí la obra no imaginaba cómo era posible que alguien hubiera escrito algo tan entrañable y poderoso. Porque la obra no se trata solamente de la limitación del autismo, sino de las alternativas y la fuerza que tenemos los seres humanos para sobrevivir. Y de todos los caminos que tenemos para andar en nuestras posibilidades de vida.
Todos los personajes tienen sus exigencias, ¿cuál era la exigencia particular de Christopher como un chico con autismo?
Básicamente es aprender otro lenguaje, es decir, los chicos autistas, particularmente los que tienen Asperger, emocional e intelectualmente traducen todo de una manera distinta.
De pronto hay muchas ideas erróneas acerca del Asperger: que si no sienten, que si no pueden llegar a amar; de que no se pueden relacionar con las personas. Nada es cierto, sus emociones y reacciones van de una gama de blancos a negros. No se les puede clasificar con tanta contundencia.
No es retraso mental, vaya?
No tiene nada que ver, al contrario, son brillantes. Una de las características de los chicos con Asperger es que tienen temas particulares que les interesan muchísimo; por ejemplo conocí a un niño que todo su tema de conversación era el plancton del mundo: el plancton de Australia, del Golfo de México, del Pacífico? Y si tú entrabas en esa dinámica, él podía estar platicando contigo horas, pero si tú de pronto le cambiabas el tema, el niño te dejaba de ver y no volvías a hacer contacto con él hasta que regresábamos a hablar del plancton.
A lo que voy es que son muy obsesivos, su cerebro está trabajando todo el tiempo para algo muy específico que es lo que a ellos les interesa y lo que no les interesa, lo borran completamente.
Entonces eso ha sido como aprender un lenguaje nuevo; las emociones ?como actor? que tienes que transmitir, hay que codificarlas de otra manera y no es porque un chico con Asperger no se emocione, es que lo demuestren de otra manera.
Los actores son un poco así ¿no?
No en mi caso: yo soy muy sensible. A mí conectar con el mundo me es muy fácil desde niño; soy muy chillón y muy ?jarrito de Tlaquepaque?.
Mi reto fue que siendo justo así, tuve que aprender a cómo darle otra salida a partir del cuerpo y a partir de los procesos mentales que tienen estos personajes.
El curioso incidente del perro a medianoche es una obra extraordinaria con muchos niveles de actuación, texto, escenografía, narrativa, ¿cómo la vives tú?
Esta obra me gusta actuarla en tres partes. La primera es como una especie de cuento de Sherlock Holmes; es detectivesca, un acertijo que hay que resolver a partir de un chico muy brillante que tiene Asperger, que es súper obsesivo y que además, todo lo hace de una manera muy lógica. Todo el tiempo trabaja con una lógica matemática muy rigurosa; él funciona así.
Y en la búsqueda del asesino de Wellington, un perro que un día aparece muerto en el jardín de la vecina, empieza a descubrir muchas cosas acerca de él y su pasado: no todo lo que le han dicho es verdad.
Digamos que entonces la obra se convierte en un thriller y desde esa tensión se transforma y adopta el tono de una pieza muy dura, entrañable y súper conmovedora.
Creo todo este proceso ha sido un entrenamiento exhaustivo y muy agotador para ti como actor. Es un personaje que impone.
Le tengo mucho respeto al personaje y sí de pronto ha sido todo un viaje? Me acuerdo de que una vez Cecilia Suárez me preguntó si no tenía miedo de pirarme un poquitín y pues creo que no, justo todos los actores estamos un poquito locos y seguramente después de esta obra, me voy aventar unos dos meses tirado en una hamaca y descansaré, porque sí ha sido un personaje que me ha tocado profundo.
Yo me siento feliz y halagado no sólo con Francisco Franco, el director y quien me invitó al proyecto, sino con todo el equipo de producción. Es un sueño para mí, yo siempre había dicho que quería estar en el Teatro Insurgentes, pero jamás me imaginé que fuera así, con una obra tan extraordinaria. Vayan a verla y dénme su opinión aquí en el portal, prometo leerlas.