Ciertamente existe algo de magia en el ritual de escuchar música en vinilo. Apartar cautelosamente el celofán de su empaque acartonado. Sentir entre las manos el peso del acetato. Rozar su textura. Colocarlo suavemente bajo la aguja de la tornamesa, y gozar de la experiencia sui generis que ofrece un formato tan bondadoso como este, con más de medio siglo de historia a sus espaldas. Y es que, aunque nuevas tecnologías colmadas de inmediatez y simplicidad abundan en el mercado; lo cierto es que la música en vinilo ha experimentado un auge sin igual en los últimos años, y cada vez son más los que caen rendidos ante su hechizo inmaculado.
Sin embargo, pese a la creciente popularidad del vinilo, lo cierto es que no todos los consumidores saben cómo darle el mantenimiento adecuado a sus tocadiscos – la molécula fundamental para disfrutar de la música análoga- o, en su defecto, dónde adquirir una pieza hecha a la medida de sus necesidades. Ese lugar donde los sueños audibles se vuelven realidad existe en la ciudad, celosamente resguardado en la vastedad de Ecatepec. Se trata de Dr. Tornas, un taller al que puedes acudir ya sea para darle una segunda vida a esa tornamesa heredada, o conseguir un producto customizado, único en su tipo.
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¿Quién es Dr. Tornas?
Dr. Tornas es en realidad Daniel Mejía, un melómano implacable de 46 años de edad, quien encontró en la reparación y fabricación de tornamesas el matrimonio perfecto para sus dos pasiones: la música y el diseño.
Fue algo muy chistoso porque yo nunca pensé dedicarme a las tornas, esto era un hobby que me rebasó. Antes de todo esto yo coleccionaba discos, te estoy hablando de hace más de 20 años. En aquel entonces yo tenía una tornamesa arrumbada y la mandé a arreglar con un técnico, y pues total que me la tuvo ahí dos, tres meses y no le hizo nada, creo que hasta me la entregó más madreada. Y así empecé, dije ‘pues yo le voy a meter mano a ver qué onda’, sin saber nada, ya que me dedicaba a la gráfica.
Daniel lleva una década restaurando e interviniendo tornamesas. Diseñador gráfico de profesión –aunque ahora admite que le hubiera gustado estudiar diseño industrial-; la mayor parte del conocimiento que posee lo adquirió empíricamente. Dice que antes de poder arreglar su primera torna echó a perder unas 10, pero nunca lo percibió como algo malo, pues se trataba solamente de un pasatiempo. Años de práctica después se ha convertido en un modo de vida, que aún compagina con su perfil académico.
“Comencé comprando tornamesas que veía tiradas en el tianguis y las desarmaba para ver qué tenían dentro. Ya lo del Dr. Tornas se dio después, cuando ya sabía y tenía idea de lo que quería hacer. Aunque soy autodidacta, sí tomé un curso de electrónica porque los conocimientos ya me superaban”.
Pero sí llegó un momento en el que dije “si lo voy a hacer bien y estoy cobrando por ello, voy a estudiar porque el cliente necesita que le entregues bien sus cosas”. Muchos conceptos que a lo mejor yo ya había aprendido en la práctica me fueron explicados por un profesor, porque yo no sabía ni siquiera cómo ir a comprar componentes, cómo buscarlos. Un circuito integrado, por ejemplo.
El servicio de Dr. Tornas se divide básicamente en dos: restauración y customizado. El primero, como su nombre lo indica; consiste en reparar tornamesas, incluso las más antiguas, regalándoles una segunda oportunidad. Muchas de las veces se trata más bien de una renovación, pues ciertas piezas ya no están disponibles en el mercado. La segunda implica un poco más de creatividad, y es en donde Daniel deja volar la imaginación. Es capaz de construir una tornamesa desde cero, adaptando y modificando componentes a su antojo, para crear un artefacto único en su especie que difícilmente encontrarás en una tienda de tocadiscos habitual. Una suerte de Frankenstein, como se refiere cariñosamente a sus invenciones.
Primero, tengo el servicio de reparación. Tú me puedes decir “sabes que, tengo esta tornamesa y la quiero así”. La quieres restaurar y dejarla original. En este caso quizás habrá piezas que sí se puedan rescatar, y otras que no. Entonces te ofrezco el servicio de renovación. Podemos hacerle mejoras que la van a dejar 100% funcional, conservando la estética.
También tengo el servicio de fabricación de tornamesas desde cero. Tal y como tú la quieras. Llegó un momento en el que yo empecé a fabricar mis propias tornas, muy minimalistas. Quería que fueran de un solo color, pero que tuvieran una aguja buena, un amplificador chido. Algo muy sencillo pero que fuera de mucho mejor calidad en cuanto al sonido, porque eso es lo que a mí me interesa: el sonido y la música.
Cabe destacar que, fuera de los elementos estéticos (como madera y pintura) que son nuevos, el 80% de las partes de las tornamesas de Dr. Tornas son recicladas: “Fue como de, güey, aparte estoy rescatando un buen de piezas que terminan en la basura”.
Además del trabajo que ofrece para aparatos de uso personal; Dr. Tornas también está inmiscuido en el efervescente mundo del pinchado de discos, por lo que muchas de sus creaciones acaban siendo utilizadas para musicalizar fiestas y sound systems. Ha colaborado con colectivos como Born to be Cheap, agrupaciones como Telekrimen, y las agujas de sus tornamesas endulzan los oídos de amigos, clientes y DJs en México, Perú, Holanda y Japón. Y aunque en ciertos momentos la escena del vinilo parezca virar hacia las costas del elitismo; Daniel no reconoce ninguna frontera en el panorama. Se apaña a la convicción de que la música no sabe de barreras, estratos ni condiciones, y actúa benevolente ante cualquiera que busque su socorro. Sea cual sea el formato.
No me siento ajeno a la cultura del vinil porque en el mundo del coleccionismo no existen barreras. A lo mejor algunos lo seguirán por moda, pero yo conozco personas que viven en Neza, en otros estados, igual en la Roma-Condesa qué son coleccionistas y ni modo, se gastan toda su lana en eso. Al momento que tú platicas con otros apasionados de la música las fronteras no existen. Lo único que diferencia a unos de otros es el poder adquisitivo. A lo mejor un disco que yo tarde 5 años en conseguir por lo caro, ellos luego luego lo compran. Esa es la única diferencia. Pero yo no creo que haya un elitismo. Al que le gusta la música, así tenga $3 pesos, va a hacer lo imposible por conseguir su artículo.
El taller de Dr. Tornas está ubicado en la calle Rosales 6, Colonia Jardines del Tepeyac en Ecatepec, Estado de México.
Los servicios de reparación comienzan desde los $800 pesos, mientras que la venta de tornamesas customizadas parte de los $1,200 pesos. Puedes contactarlo a través de Facebook e Instagram.
Puedes encontrar a Dr. Tornas en Facebook e Instagram.