La Central de Abasto es el mercado más importante de México, el mayorista más grande del mundo, el centro comercial que nunca duerme. Una ciudad dentro de la ciudad. Cerca de 500 mil personas caminan todos los días por sus ocho áreas: frutas y legumbres, aves y cárnicos, abarrotes, envases vacíos, bodegas, flores y hortalizas, subastas, y pernocta. Sus pasillos y fachadas están llenas de vida gracias a las cerca de 100 mil personas que la habitan.

En honor a esta ciudad de abasto y sus primeros 35 años de vida recién cumplidos, el colectivo We Do Things inició el proyecto Central de Muros, que busca llenar de color las paredes del mercado con 32 nuevos murales hechos por artistas nacionales y extranjeros. «La gente de la Central cree que esto tendrá un impacto favorable», cuenta Sergio Palacio, coordinador de la Ceda, «porque le estamos dando una vista diferente al lugar».

Central de Abasto murales

Kenta Torii fue el primero en terminar un mural en la Central de Abasto. Foto: Mariana San Nicolás

Central de Muros

Laura Itze y su socia tienen una agencia dedicada a la gestión de cultura sustentable. «Gracias a ella puedes transformar a la sociedad por medio de actividades», cuenta Itze. «Nos enfocamos en el arte y el diseño como herramientas para comunicar. Buscábamos un espacio que congregara todo lo que tiene la ciudad y pensamos que la Central de Abasto era el mejor».

Central de Muros comenzó hace un mes. Son 16 artistas participantes, entre los que están: Sebastián Romo (uno de los más conocidos), Aline Herrera, Aeruz, Pastel, Diana Bama, Senko One, Trash Aeme, Mike Maese, Kenta Torii, el colectivo Meiz, Yael Medrez, Hows, etcétera.

Cada mural mide 20 metros de largo por 6.60 metros de ancho y se encuentran en la parte exterior de la nave de frutas y legumbres. Hasta la fecha, hay tres murales terminados –lo del japonés Kenta Torii, Diana Bama y Meiz–. Los murales restantes estarán listos el 20 de noviembre y serán inaugurados dos días después, durante la celebración del aniversario.

Nuevo muralismo mexicano

Tras la Revolución Mexicana comenzó uno de los movimientos artísticos más importantes en nuestro país: el muralismo, representado por pintores como David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, José Clemente Orozco y Diego Rivera. Otro de los fines de Central de Muros es promover esta corriente, pero en su manera más actual, pues las técnicas, los materiales y –obviamente– los temas, son distintos.

Central de Abasto murales

Este mural, hecho por Meiz, reúne distintas técnicas.

«Buscamos reivindicar el grafiti. Debemos reconocer que los murales que hacen estos artistas tienen una similitud a lo que hacía Siqueiros y dan un discurso social», explica Laura Itze. «Ya no hay que llamarlo arte urbano, sino novomuralismo».

Aniversario de la Central de Abasto

Hace 35 años, el 22 de noviembre de 1982, fue inaugurada la Central de Abastos. Desde su apertura, ha sido un centro vital para el abasto alimentario de la Ciudad de México –e incluso del país–. En ese entonces, de sus 327 hectáreas salían a venta 13 mil toneladas de alimentos al día.

Para festejar, la Ceda contempló varias actividades y productos conmemorativos que irá dando a conocer conforme se confirmen. Entre ellos está un boleto edición especial del Metro y un libro con la historia de la Central. Una de las principales celebraciones es Central de Muros. En un inicio se tenía pensado que se pintaran en la parte exterior del lugar, pero la gente de la CEDA sugirió que fuera entre los pasillos. Sergio Palacios, coordinador del mercado, opina que el arte puede transformar muchas cosas: «Además, va a ayudar muchísimo a que asista un público que casi no nos visita, porque querrá ver los murales».

Central de Abasto murales

Este mural de Diana Bama se encuentra en el pasillo más transitado de la CEDA. Foto: Mariana San Nicolás

Los habitantes de la Central han recibido bien el proyecto. Incluso se comienza a notar un cambio: en el área de los murales ya casi no hay basura y las zonas aledañas están más limpias. Para los artistas ha sido muy gratificante convivir con la gente del lugar. Una tarde, un señor se acercó con una carrucha, se detuvo frente a uno de los murales donde estaba uno de los artistas trabajando y le ofreció comida acompañada de un sincero: «Gracias».

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