El cariño materno nunca está de más y nunca sobra, no importa si se tienen meses de nacido o si ya se es todo un adulto. Hay famosos para quienes su madre los acompañó durante toda su trayectoria artística, o que marcaron con tinta indeleble su futuro.
Madre protectora
En el libro Mi último suspiro, Luis Buñuel reveló: “pude vivir gracias a que mi mamá me enviaba dinero” y es que tras el fracaso de la película “Gran Casino” (1947) permaneció dos años y medio sin trabajar, tiempo en el que confesó que estuvo “hurgándose la nariz, viendo pasar las moscas” y viviendo del dinero que le enviaba su madre, María Portolés Cerezuela.
Madre guía
La “master”, así llamaban a Esther Monsiváis, quien tuteló la primera formación del ensayista, Carlos Monsiváis. Ella le enseñó a leer y a tener amor por los libros. Fue el sostén de la familia con su trabajo secretarial, vivió con “Monsi” en la colonia Portales y lo hizo protestante en un México predominantemente católico. Tras su muerte, María Monsiváis Biadas, hermana del escritor, sería su persona más cercana.
Madre solidaria
El escritor argentino Jorge Luis Borges decía: “sí, yo le debo tanto a mi madre…” Y es que Leonora Acevedo Suárez influyó en su vida literaria, ella le ayudo a escribir el final del cuento “La intrusa”. También le hacía recomendaciones y consejos sobre qué escribir, criticaba los temas que elegía desarrollar, le ayudaba en las traducciones y le leía textos en voz alta, hasta que ella fue perdiendo la vista.
Madre modelo
Luisa Santiaga Márquez Iguarán, madre del escritor colombiano Gabriel García Márquez, alimentó la imaginación de su hijo durante su infancia. Ella poseía una gran capacidad para narrar, así que lo pobló de fantasmas y milagros que lo ayudaría como escritor. Hay rasgos de los personajes de sus novelas que fueron tomados de la personalidad de su madre, como en el “El amor en los tiempos del cólera”, donde están encriptados datos del noviazgo entre Luisa y, su esposo, el telegrafista de Aracataca, Gabriel Eligio García.
Madre diosa
El poeta Manuel Acuña idolatraba a su mamá Refugio Navarro, así lo reflejo en el texto “Nocturno a Rosario”, donde (después de una amorosa y erótica declaración de intenciones a su pareja) remata: ¡Qué hermoso hubiera sido, vivir bajo aquel techo, los dos unidos siempre, y amándonos los dos. Tú siempre enamorada, yo siempre satisfecho, los dos una sola alma, los dos un solo pecho, y en medio de nosotros mi madre como un Dios!
Madre consejera
Doña Matilde Calderón –madre de la pintora Frida Kahlo– se oponía al amor de su hija con Diego Rivera, le parecía la unión entre un elefante y una paloma. Le advertía a su hija que no se casará con él ya que era “viejo, feo, gordo y comunista”. Frida y su espíritu rebelde no hicieron caso a los consejos y unió su vida a la de Rivera el 21 de agosto de 1929.