Arte en el Barrio Bravo: murales y obras ocultas en Tepito
El arte en Tepito existe porque sus artistas resisten, conoce los murales y grafiti hecho por y para la gente. Ocultos entre sus calles.
Por: Colaborador Cultura
El arte en Tepito existe porque el barrio resiste. Es por y para sus habitantes.
Por: Jorge Hernández
El barrio de Tepito es de los sitios más conocidos en la capital, no solo por la fama que le rodea, si no por todo lo que esconden sus mercados, tianguis y murales.
Cuna de grandes figuras en varios ámbitos, desde el deporte, hasta la literatura. Uno de los más grandes reconocimientos que tiene el barrio, es contar con un gran número de corrientes artísticas.
Todas ellas plasmadas en sus calles, los murales, los grafitis en sus vecindades y los colectivos artísticos, acompañan la historia y las vivencias del lugar.
No podemos hablar de arte en Tepito sin mencionar al colectivo más importante que ha dado el barrio.
A mediados de los años 70, el artista Daniel Manrique comenzó a través de las artes plásticas, artes escénicas y la literatura. El movimiento Tepito Arte Acá, se ha caracterizado por ser el movimiento cultural más representativo en este lugar.
Sus obras siguen albergando historia y tradición, como los murales en la unidad de Los Palomares, en donde Manrique plasmó diversos oficios representativos del barrio.
Gracias a su trabajo, Tepito Arte Acá dejó distintas enseñanzas en miembros de la comunidad que tiempo después comenzaron a formar sus propios colectivos.
Uno de ellos es el creado por Ariel Torres Ramírez, residente de Tepito de nacimiento y su compañero de batallas, Oscar Delgado.
Su colectivo, ArTepito, se formó hace 15 años y está compuesto por diversas formas de arte vistas desde la perspectiva de sus integrantes, abarcando el dibujo, muralismo, grabado en madera, modelado en plastilina, fotografía y video.
Regresarle al barrio un poco de lo que les ha dado
Ariel y Oscar comenzaron este proyecto con la finalidad de acercar el arte a los habitantes de la comunidad, así como ayudar a que se conozca el otro lado del barrio.
Muchos de sus trabajos van dirigidos hacía la crítica social y, claro, enaltecer todo lo bueno que tiene Tepito. Desde sus oficios hasta las personas que hacen de este sitio, algo único dentro de la Ciudad de México.
Un claro ejemplo es la obra realizada en la azotea del concurrido mercado de Granaditas, o como todos en el rumbo lo conocen “La zapatería más grande del mundo”.
En este mural, que hoy es reconocido como el más grande dentro de Tepito, resaltan la importancia del oficio del zapatero, además de mostrar partes emblemáticas del barrio.
La tradición de los sonideros y los bailes que desde el inicio de la pandemia se han visto detenidos y que muchos habitantes en este lugar extrañan hoy en día, están plasmados en este mural.
Mucho de lo que el colectivo pretende con sus acercamientos a los habitantes del barrio, es interactuar con los más jóvenes, tratar de acercar a las nuevas generaciones al arte y hacer que se alejen de las calles.
En la unidad habitacional Los Palomares, cuentan con dos intervenciones que han adaptado al gusto de los residentes, muchos de los que habitan en Tepito son devotos a diversas religiones.
Por lo que Ariel y Oscar, buscan en algunos casos, que lo que plasman en las paredes vaya acorde a las creencias de las personas e intentan que los mismos habitantes se hagan parte de estas representaciones artísticas.
Inspiración salida del barrio
Ariel comentó que tuvo la oportunidad de hablar con Daniel Manrique y Julián Ceballos de Tepito Arte Acá y que ambos siempre han sido una inspiración en su trabajo.
“Cuando era pequeño, mi camino a la escuela era pasar por murales de Manrique, tuve chance de hablar con él y me decía, si te vas a dedicar a esto y te gusta hacer algo por el barrio, échale ganas, siempre me alentaron y me dijeron que, si quería hacer un colectivo y si pensaba dedicarme al arte, siempre hay que acercarse a la gente”.
Además, este colectivo ha trabajado en conjunto con las máximas casas de estudio como la UNAM y el Politécnico. Los murales realizados en el conjunto habitacional La Fortaleza, forman parte de esta colaboración; plasmaron diversos oficios de la ciencia, ya que dichas instituciones suelen dar talleres dirigidos a los más chicos.
Malos ratos en Tepito y la dificultad de acceder al arte
Tepito y sus inmediaciones se han caracterizado por tener innumerables conflictos, esto ha afectado en gran forma que personas externas al lugar puedan darse una vuelta y conocer más a fondo lo que hay dentro de sus calles.
Incluso para las mismas personas que lo habitan, la falta de información ha hecho que en muchos casos desconozcan cómo funcionan los espacios culturales destinados a mostrar y apoyar las nuevas representaciones artísticas en la demarcación.
“Nosotros invitamos a la gente a que conozca y venga, aparte de ArTepito hay mucha más agenda cultural en el barrio, existe todavía la compañía de teatro de Tepito Arte Acá que a veces hace funciones dentro de las vecindades”.
“En ocasiones para muchas personas no es fácil poder ir a un teatro o pagar por ese tipo de cosas, entonces estas oportunidades de acercamiento con el arte son muy buenas”.
Como en otros lugares, algunos recintos destinados a preservar el arte y la cultura no se utilizan o son vistos para dicho propósito.
“También hemos visto que aquí en Tepito no funcionan las casas de cultura, la gente las usa para otros fines, entonces lo que más nos ha funcionado a nosotros es tratar de llevar el arte hasta ellos, hacer talleres de grabado, plastilina y pintura”.
Esta es la forma en la que más responde la gente, de acuerdo con el colectivo, muchos de los centros que están aquí son elefantes blancos que no han funcionado muy bien, puntualizan.
Pasar de lo mediático a lo subterráneo
A lo largo del Barrio Bravo, este colectivo cuenta con más de 10 murales que han ido modificando, respecto a los talleres, estos se imparten desde hace cinco años a personas de todas las edades dentro del barrio, han participado alrededor de 200 personas en estas iniciativas realizadas por ArTepito.
En su mayoría los cursos son realizados por iniciativa propia de los artistas, “algunas veces proponíamos talleres con instituciones, nos decían que si y al final ya no se hacía.
Señalan que en ocasiones “le decimos a la gente que cada quien cubra lo de su material y el taller no se cobra, la gente lleva 20 pesos para dos barras de plastilina y nosotros les prestamos todo el material”, a veces no se gana nada, pero lo realizan para que las personas conozcan su trabajo y el arte.
“A la gente no le interesa mucho el arte, nosotros aquí en Tepito tenemos la Galería José María Velasco, que es uno de los recintos más importantes en cuanto a exposiciones, es un lugar muy solicitado por expositores de amplia trayectoria”.
Ellos siempre han dado apertura de que todos los artistas que estamos aquí tengamos un espacio para exponer dentro de la galería, comenta el colectivo.
Para Ariel Torres, es necesario que las personas conozcan más de Tepito, “lo que brilla es la nota roja, la piratería, lo que pueden ver en los medios, entonces todo lo de la parte cultural no aparece”.
Arte en Tepito resiste por su gente
La misión del colectivo es rescatar la historia del lugar, “siempre hay que estar informando del barrio desde otros puntos de vista”.
Cada que alguien quiere ir a Tepito, ellos le dan un recorrido para que se sientan seguros y se adentren al movimiento cultural, porque muchos recorridos apuestan por la gastronomía y cosas que se ven en los medios.
Alrededor de 200 personas participan en estas iniciativas realizadas por ArTepito. A través de redes sociales o de manera directa los habitantes de la comunidad son invitados a los talleres para entre 20 y 40 personas.
Secretaría de Cultura de la CDMX, programa Colectivos Culturales Comunitarios y la galería José María Velasco apoyan el colectivo.
También el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) ha sido participe de estas iniciativas. Materiales para algunos murales y cursos que se imparten para los habitantes del barrio son parte de la ayuda.
La remuneración económica en ocasiones es mínima para los artistas y talleristas. Con la pandemia todo ha sido cerrado y el arte en Tepito existe y resiste gracias a sus habitantes y artistas.