“Desconchinflado”, “pipirín”, “muina”, “patatús”, “tirria”, entre otras, son voces, expresiones y locuciones mexicanas utilizadas por nuestros abuelos que poco a poco se han ido olvidando y desvaneciendo en el tiempo. Esa gala retórica e ingeniosa, de humor pícaro está en extinción.
Un año más se va y con él algunos abuelismos que formaron parte del colorido lenguaje mexicano de nuestros viejitos, palabras y frases que escuchamos alguna vez en las reuniones familiares o jugando el barrio antes de la llegada de los videojuegos, el internet y la televisión de paga.
Hay un relevo generacional que también le llegará a palabras como “meme”, “wasapear”, “stalkear”, “escrache”, “selfie” y otras más, por lo pronto, recordamos algunos abuelismos que nos acompañaron y nos enseñaron nuestros viejitos.
Achichincle. Acompañante incondicional, también es un ayudante y adulador.
Achicopalarse. Depresión, agobio, aflicción temporal.
Argüende. Murmuración falsa, chisme, intriga.
Borlote. Escándalo, gritería, desorden, tumulto.
Chochear. Dar el viejazo, comenzar con las conductas seniles.
Común. Forma de nombrar al excusado, retrete o WC.
Cotorrear. Plática bastante animada entre amigos, carnales pues, no es exclusivo de la chaviza.
Chilpayate. Expresión equivalente a niño, chamaco, morrito.
De pipiripao. Equivalente a mediocre.
Desconchinflada. Artefacto descompuesto, que ya ni dándole un golpe funciona.
Desguanzada. Que ya dio lo que tenía que dar, que todo está agotado.
El pipirín. Manera de nombrar a la comida, la hora de llenar la muela.
Endilgar. Atribuirle algo desagradable a alguien.
En un de repente. Un imprevisto, algo inesperado, una sorpresa total.
Enyerbado. Brujería con hierbas para atrapar al novio, esposo o amante.
“Gonzalitos” de oficina… Responsable y humilde empleado de gobierno que asume sus obligaciones oficinistas con alegría. Es el abuelo del actual “Godínez”.
Gorrón. Sinvergüenza que nunca paga sus cuentas o coopera para la causa.
Grangear. Hacer méritos para ganarse la voluntad de otros.
Guateque. Fiesta donde se come, bebe y baila alegremente.
Hacer de tripas corazón. Esfuerzo grande, aguantar, seguir de pie y resistiendo.
Itacate. Provisión de comida para el largo camino y que es parte de los alimentos de la fiesta, la reunión, la pachanga.
Mal paso. No resistir a la tentación de la carne prenuncialmente.
Me sabe la boca a centavo. Coraje o mal rato que deja una marca desagradable.
Mitote. Fiesta casera, la palabra proviene del náhuatl mitotl, una danza practicada por los aztecas en la que los participantes se adornaban vistosamente.
Muina. Rabieta, un enfado, un enojo.
Ni fu ni fa. Indecisión plena, ambigüedad pura, también utilizada para expresar falta de importancia.
Ni yendo a bailar a Chalma. Carencia de toda esperanza para remediar algún mal, es decir, ya valió. Y es que al pueblito ubicado en el estado de México peregrinaban los indígenas para bailarle a Tezcatlipoca –también conocido como Oztetotl o Dios de la Cueva- y obtener favores de él.
No sé por qué diantres. Frase para suavizar un enojo o una maldición invocando al diablo, pero que lo sustituye utilizando el eufemismo diantres.
Quién quita y… Posibilidad, probabilidad de que suceda, casi casi un volado.
Patatús. Enfermedad emocional y psicosomática empleada para el chantaje, era la palabra de la premonición al mareo y el desmayo por un acto aventurero ajeno.
Prángana. El sin dinero, sin oficio y sin beneficio, holgazán pues.
Sanseacabó. Expresión enfática que da por terminado un asunto.
Santas Pascuas. Expresión mínima para poner punto final y sin pleitos a un problema.
Soponcio. Mareo de las abuelitas y mamás preocuponas.
Sulfurarse. Exaltarse, cuando la sangre sube a la cabeza.
Tate sosiego. Llamado a permanecer quieto.
Tilico. Flacucho, casi esquelético.
Tirria. Mala voluntad hacia alguien, tirándole al odio.
Traqueteo. Muchas veces el mismo camino y se notan las marcas del tiempo andado.
Vaquetón. Palabra para señalar al “ni-ni” del siglo pasado.
Zangolotearse. Moverse de manera continua y violenta.
¿Qué otro abuelismo recuerdas?