9 suicidios de artistas mexicanos
Por: Paris Alejandro Salazar Rodríguez
Algunos artistas citaron a la muerte, comparecieron frente a ella y la abrazaron por decisión personal. Impulsados por diversos motivos que van desde el desamor hasta la enfermedad, pero decidieron ponerle fin a sus días.
Este 10 de septiembre es el Día Mundial de la Prevención del Suicidio.En la Ciudad de México ocurren alrededor de 40 cada mes y tres de ellos se llevan a cabo en las instalaciones del Metro, por lo que el DF ocupa el tercer lugar a nivel nacional en la incidencia de suicidios.
En este día recordamos a nueve artistas mexicanos que decidieron quitarse la vida.
Antonieta Rivas Mercado
La escritora, bailarina, feminista, mecenas e hija del arquitecto Antonio Rivas Mercado -responsable del proyecto del Ángel de la Independencia–, decidió terminar con su vida con una bala en el corazón. Con sólo 31 años, el 11 de febrero de 1931 al filo del mediodía se arrodilló en un reclinatorio de la catedral parisina de Notre Dame y se disparó. Sus hermanas Alicia y Amelia responsabilizaban del suicidio a José Vasconcelos por intentar concluir su relación sentimental con ella.
Antonieta escribió poco antes de suicidarse en su Diario final de Burdeos: “Pepe es únicamente capaz de períodos –paréntesis-paseo, en los cuales estalla su necesidad de alimento humano, de amor, casi de ternura- que se cierra sobre sí mismo, como temas de otra obra, hundiéndose como arroyo que se esconde en la tierra, huyendo subterráneo bajo su vida otra, la vida de sus obra, sin intimidad externa, sin temperatura afectiva”.
Manuel Acuña
A los 24 años de edad el poeta terminó con su vida. Fue el 6 de diciembre de 1913 cuando todavía era alumno en la Escuela de Medicina de México. Ingirió cianuro de potasio para terminar con sus días. El día 5 de diciembre en un diálogo con Juan de Dios Peza anuncia el suicidio:
-Mañana a la 1 en punto te espero sin falta.
-¿En punto?- interrogó Peza.
-Si tardas un minuto más…
-¿Qué me sucederá?
-Que me iré sin verte
Algunos atribuyen el suicidio a un desamor, otros afirma que fue un asesinato. Acuña dejó seis cartas, una fue para su maestro Manuel Domínguez: “Lo de menos era entrar en detalles sobre la causa de mi muerte, pero no creo que le importe a ninguno; baste saber que nadie más que yo mismo es el culpable”. En otra misiva escribió: “Adiós, por la vez última, amor de mis amores, la esencia de mis amores; mi lira de poeta, mi juventud… adiós”.
Lucha Reyes
Consideraba la mujer que renovó la música de mariachi, modificó la integración, antes se componía de dos violines, vihuela chica, guitarrón de golpe, arpa y tambora, estos últimos fueron retirados y se incorporaron la trompeta y guitarras. La emperatriz de la canción mexicana tenía fascinación por el tequila y la bohemia, el alcoholismo fue su amigo y demonio.
Lucha Reyes tras varias rupturas amorosas, la noche del 24 de junio de 1944 envió a su hija Marilú a comprar nembutales, luego se encerró en su habitación e ingirió 25 pastillas con tequila. Los médicos intentaron salvarle la vida pero murió unas horas después, en la madrugada del 25 de junio.
Miroslava
El 9 de marzo de 1955,la actriz checoslovaca y estrella del cine mexicano Miroslava Stern se suicidó supuestamente por un mal de amores con el torero Luis Miguel Dominguín, padre de Miguel Bosé.
Ernesto Alonso, amigo de Mirosalva declaró: “Ella se suicidó por traumas y heridas emocionales que arrastró desde su infancia. En la Segunda Guerra Mundial, Miroslava descubrió que no era hija de quien creía su padre, el doctor Stern. Cuando éste iba a ser llevado a un campo de concentración con su familia, reveló que ni su esposa ni su hija eran judías, que se había casado cuando su mujer ya estaba embarazada de otro hombre”.
“Aún así, Miroslava y su padre estuvieron en un campo de concentración tres meses, que la marcaron para siempre. Gracias a que el doctor Stern era un hombre prominente salió de Europa con su hija hacia Estados Unidos. Miroslava tenía 15 años cuando se enamoró de un novio que murió tempranamente. Era una mujer perseguida por la tragedia”.
Jaime Torres Bodet
Con un disparo en la sien se quitó la vida frente a su escritorio Jaime Torres Bodet, quien fue director general de la UNESCO, secretario de Educación, diplomático, escritor y poeta. El 13 de mayo de 1974 intentó escribir una carta para despedirse pero no pudo, únicamente quedaron bolas de papel arrugado. Su esposa Josefina contó a una amiga: “Jaime estaba acostumbrado a dar órdenes, y como no tenía a quién mandar, salvo a mí, su existencia perdió todo sentido”.
David Silveti
Por un problema en la rodilla le prohibieron su pasión, que era torear, por eso tomó la determinación de quitarse la vida de un balazo en la sien el 12 de noviembre de 2003. Tenía 48 años de edad. “El Rey David” se despidió de los ruedos en la Plaza México el 2 de febrero del 2003 alternando con Miguel Espinoza “Armillita” y Jorge Gutiérrez con un faenón lleno de dramatismo a un toro de la ganadería del hierro de Teófilo Gómez.
Xavier Villaurrutia
¿Muerte natural o suicidio? No hay nada claro, sólo que el 25 de diciembre de 1950 el poeta mexicano se entregó a la muerte. Nunca padeció del corazón, pero el parte médico declaró “paro cardiaco”. No se practicó autopsia, la familia ocultó el hecho, por lo que realizó rápidamente los trámites funerarios y lo sepultó en el Panteón Francés.
Pedro Armendáriz Hastings
Uno de los mejores actores mexicanos se suicidó la mañana del 18 de junio de 1963 de un balazo en el corazón en un hospital de Los Ángeles, California, cuando tenía 51 años. Lo hizo porque no podía soportar los sufrimientos del cáncer en la cadera.
Filmó más de 110 películas en su haber, entre ellas Flor Silvestre, La Perla, Lucréce Borgia, La Rebelión de los Colgados, Así era Pancho Villa, El Zarco, La Malquerida, Juan Charrasqueado, El Corsario Negro, entre otras. https://www.youtube.com/watch?v=FMMCp8VNHro
Jorge Cuesta
A los 38 años el poeta y ensayista se quitó la vida. El 13 de agosto de 1942, internado en el sanatorio privado del doctor Rafael Lavista, aprovechó un descuido de los enfermeros para suicidarse asfixiado con sus propias sábanas gracias a los barrotes de la cama. Había ingresado por un segundo episodio de locura que lo había llevado a acuchillarse los genitales.