Chilango

9 secretos a voces de Truman Capote

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Polémica, extravagante y genial fue la obra y la vida de Truman Capote, quien vivió abiertamente y sin angustias sus preferencias y sus excesos. No ocultó nada y libremente gozó de los placeres de la vida y del éxito profesional. 

Jamás escondió su turbulenta personalidad y se desenvolvió con naturalidad en el ámbito privado y público. Este 30 de septiembre Truman Capote, cumpliría 90 años y lo recordamos con nueve curiosidades de su vida que se saben pero poco se cuentan. 

Apellido por adopción

Truman Streckfus Persons nació el 30 de septiembre de 1924 en Nueva Orleans. El 9 de noviembre de 1931, su madre Lillie Mae Faulk Persons se divorcia de Arch Persons. El 24 de marzo de 1932, en Nueva York, la madre se casa con Joseph Capote, hasta el 14 de febrero de 1935 adopta al pequeño y a partir de esa fecha su apellido de Truman es Capote. 

Amistad entrañable

Truman Capote estuvo ligado a “Nelle” Harper Lee por una fuerte amistad desde la infancia, vínculo que se prolongó en la vida adulta. Ella era una niña un poco masculina que le sirvió como referente para algunos personajes de sus novelas, como ocurrió en Other Voices, Other Rooms. Nelle se hizo escritora y ganó el premio Pulitzer en 1961 por la novela Matar a un ruiseñor, además fue la compañera inseparable de Capote en la investigación para escribir A sangre fría. 

Escritor precoz

A los 18 años trabajó como ayudante de pruebas en The New Yorker y a los 19 años publicó su primer relato “The Wall Are Cold” en Decade of Short Stories. Un año después en la misma revista aparecerían dos relatos: “A Mink of One´s Own” y “The Shape of Things”. En 1945 con el cuento corto “Miriam” ganó el premio O. Henry. 

Tres amores

Capote mantuvo una relación de pareja 1946 a 1948 con Newton Arvin, un escritor y profesor de la Universidad de Smith, quien fue su guía y maestro. En 1948 comenzó una relación que duraría hasta 1970 con Jack Dunphy, un escritor 10 años mayor que Truman. En 1973 comenzó una relación con John O´Shea que era casado y con dos hijos, quien siguió a Capote para que lo ayudara a conquistar su anhelo de convertirse en escritor, se convirtió en un amor enfermizo y destructivo que duró hasta los últimos días de Truman. 

Celos enfermizos

El escritor reconoció que era una persona celosa: “toda mi vida ha estado dominada por los celos. Es lo único que no soy capaz de controlar. Es la clave de mi carácter. Siento celos de todo”. 

Abiertamente homosexual

Capote tuvo un aspecto afeminado desde niño y en él existía el deseo de ser mujer, incluso en su biografía reveló: “pensaba que las cosas me serían más fáciles siendo una chica”. Se aceptó y vivió sin prejuicios ni angustias: “siempre tuve una marcada preferencia homosexual, y nunca sentí culpabilidad alguna por ello”. 

Su personaje favorito de sus novelas era Holly Golightly, la protagonista de Desayuno en Tiffany’s, ya que decía que era el que más se parecía a él. 

El día que todo cambió

El 16 de noviembre de 1959, leyó en The New York Times una noticia que le cambiaría la vida: el asesinato de los cuatro miembros de una familia de un pueblo de Kansas, a manos de un par de individuos que se llevaron un botín ridículo. Tras cinco años de investigación y trabajo, escribiría la crónica novelada de un crimen que tituló A sangre fría y lo llevó a la fama mundial. Y reconoció: “nadie sabrá nunca lo que ‘A sangre fría’ se llevó de mí… me chupó hasta la médula de los huesos”. 

Puertas a las letras y al Jet-Set

Mary Louise Aswell, redactora en jefe de la sección de literatura de Harper’s Bazaar le confirió protección, guía y afecto al descubrir sus cualidades en las letras. Su maestra en la alta sociedad norteamericana y europea, fue Barbara Paley, o “Babe” como cariñosamente la llamaba, además declaró que “la admiraba e idolatraba”. 

Alcohol, drogas y suicidio

En el libro Música para camaleones, Truman Capote afirmó: “Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio”. Era un aficionado al alcohol y a las drogas, bajo esos efectos su agresividad se disparaba. Falleció en Los Ángeles mientras dormía a los 59 años, víctima de una flebitis y con múltiples sustancias tóxicas en el cuerpo, algunos dicen que fue muerte natural, otros que fue suicidio. Lo cierto es que estaba desilusionado de su vida y su carrera.

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