La Tonina Jackson dejó un legado lleno de lucha libre y sazón. Entrar a este merendero es todo un viaje al pasado.
A este merendero la gente viene a deleitarse con la textura de la tortilla de harina recién hecha, el olor a gorditas de comal y el sabor de los guisados norteños, que el luchador la Tonina Jackson y su hermana, Idilia Garza trajeron a la Ciudad de México en 1946 desde su natal Monterrey.
Las paredes están cubiertas por mosaicos blancos, las bancas son metálicas con acolchonado azul y el personal lleva cofias blancas y delantales.
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La Tonina Jackson: un legado lleno de sabor dentro de un local de la San Rafael
En este lugar es fácil distraerse y viajar en el tiempo a la época en la que su fundador contendía en los cuadriláteros y aparecía en películas del Huracán Ramírez.
En las paredes cuelgan cuadros con fotos de artistas de la época de oro y no es solo por gusto, el local se encuentra en la misma colonia que el Cine la Opera y buena parte de los clientes eran precisamente, el público que asistía a las funciones y también, una que otra mujer u hombre que aparecía sobre el escenario o en la pantalla grande.
Charolas rebosantes de masa lisa o hecha bolitas se hallan al frente del local, y es que la tortilla de harina echa a mano es el ingrediente estrella del lugar. Al día se elaboran cerca de 200 docenas para vender en bolsita o para envolver guisados norteños como machaca, chilorio y cohipecho.
La historia del restaurante comenzó en la calle Serapio Rendón, solo que en un puesto callejero llamado La Tonina AAA, meses después se establecieron en el local con el número 13 y hoy se encuentran en el 27.
El recetario pasó de manos, pero el sazón sigue siendo el mismo.
Hace 7 años el negocio fue traspasado a Patricia Soto, pero a ella no le gusta admitir que es la dueña, prefiere decir “que trabaja en él”, debido al cariño con que ha cocinado y servido los alimentos de La Tonina desde que tenía 18 años.
Cuando Patricia habla del pasado, recuerda las celebridades que cruzaban sus puertas, como Manolo Fábregas, Susana Dosamantes, Angélica María y Sasha Montenegro.
“¿Sabe cómo era el carácter de La Tonina?”, le preguntamos y de inmediato responde sonriendo “Dicen que era muy bondadoso, simpático, platicador y que le encantaba cenar aquí con sus amigos de la lucha libre”.
Comensales con el cabello blanco y caminar pausado, se recuerdan a sí mismos de infantes en las bancas de este merendero. “Hay familias que incluso ponen nuestras tortillas en los altares de día de muertos”, comenta la señora Patricia.
Desde hace décadas a los hermanos Garza Lozano Vela solo se les ve en fotos, pero la sazón de Idilia renace todos los días y hay quien aún se emociona cuando descubre las fotografías de La Tonina que hay aquí.
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