Este lugar tiene la mejor tarta de queso de la CDMX… y tal vez del mundo

Es injusto juzgar a un lugar por un solo platillo, pero en este caso creemos que no se juzga sino que se resalta. Tatel es un restaurante español que se ha hecho famoso por muchas cosas, pero entre ellas por su tarta de queso.

Este septiembre, Tatel abrió una sucursal en la CDMX, fue una llegada esperada por la fama que tiene alrededor del mundo, pues entre sus socios están Rafael Nadal y Cristiano Ronaldo, ajá, así sencillito.

Este restaurante ubicado en Presidente Masaryk distribuye sus espacios en tres pisos; dentro es como si existieran cinco restaurantes-bares en un mismo concepto que fusiona alta gastronomía y música en vivo a diario.

Al entrar es posible ver una especie de bar secreto o speakeasy, sitio ideal para sentarse en unos sillones muy cómodos o en la barra y pedir algunos tragos; la luz es baja y el ambiente íntimo y agradable para esas charlas necesarias.

Al final de este espacio se ve una puerta por donde pasa una luz brillante. Al ir hacia esa luz se entra en el restaurante principal, aquí es donde la cocina española toma forma y es posible disfrutar platos que combinan lo tradicional con el ingenio actual.

Aquí nos recibieron con un coctel llamado Sherry María, un primo hermano del Bloody Mary, pero hecho con gazpacho y un ligero sabor herbal.

¿Qué se puede comer en Tatel?

En el menú de Tatel hay una selección de recetas tradicionales españolas con un toque contemporáneo. “Cada plato está elaborado con ingredientes frescos, orgánicos y locales de la más alta calidad, enriqueciendo las exclusivas recetas mediterráneas que caracterizan el menú”, indican en su comunicación.

Como entrada, desde aquí podemos recomendar la tortilla de patatas con trufa, tiene la cocción perfecta que deja la suavidad del huevito y se potencia el sabor de las papas ligeramente fritas en aceite con un toque de trufa. Esta es una de las ya clásicas entradas del lugar.

Otra entrada que vale la pena pedir son los mejillones con salsa de tomate picante. Un plato que sabe y huele a España.

Entre los platos principales, destaca —por mucho— el bacalao negro marinado en miso. Una mezcla entre ese sabor mediterráneo de comer bacalao en lonja, pero con una cubierta caramelizada con la salsa que nos lleva hasta Asia.

Otra de las joyas entre los platos fuertes es el lechón, una de las carnes más típicas de España. Este pedazo de carne sumamente suave la acompañan de un chutney de manzana verde y pimienta rosa. Otra vez una combinación de sabores salados con dulce muy bien lograda.

Ahora sí, la famosa tarta de queso de Tatel

Los restaurantes Tatel están por todo el mundo. El primero abrió en Madrid en 2014, pero ahora están en ciudades muy selectas como Beverly Hills, Ibiza, Doha, Riyadh y Valencia, en todos, TODOS, la tarta de queso es una sensación. La probamos aquí en la CDMX y sí, es como si un pequeño paraíso se abriera al degustar cada bocado: es suave, cremosa pero con un centro casi líquido, y tiene una ligera capa acaramelada.

Esta famosa tarta de queso Tatel fue reconocida como la mejor de Madrid en 2022. Para la elaboración de esta tarta se utilizan dos quesos madrileños Vega de San Martín: rulo de cabra y bombón de cabra. La base es sablé crujiente y se acompaña con miel de panal. Va acompañada de un helado hecho con ingredientes distintos en cada país, el de Ciudad de México es de amaretto.

El secreto de la receta (o al menos uno de ellos) recae en su horneado suave a 170ºC y en que no permanece en el horno más de media hora.

Una experiencia de comida y diseño

Ir al restaurante Tatel es entrar a una atmósfera de glamour con un toque art decó. El diseño, fue inspirado en los clubes clandestinos de la época de la ley seca en Estados Unidos y ofrece diversos espacios que incluyen un comedor principal, un bar de cocteles, un salón, una terraza repleta de plantitas y sillones cómodos y un escenario destinado a la música en vivo.

De hecho, es posible pasarse de un área a otra según el ánimo: ir a comer y después subir a unos tragos a la terraza, ir solo al salón por un postre y un café, ir al bar de la entrada y pasarse al restaurante… da para echarse un buen rato ahí, pero claro, hay que tomar en cuenta que no es un lugar barato: estamos hablando de Polanco y estamos hablando de Masaryk, pero para una ocasión especial, es un sitio que merece toda la pena experimentar.