La cocina de Sole es una mezcla de recetas del Atlántico norte con productos del Pacífico. Por ejemplo, sus ostiones vienen de Ensenada, pero están preparados al modo americano, con salsa cajún (mezcla de especias y chiles secos) estilo Luisiana.
Una de las sorpresas del menú es la ensalada César con lechugas quemaditas en leña de mezquite, esto le da un sabor tatemado, único en una ensalada tan típica como ésta.
Los estelares son los ostiones que van desde los DeFeller, su versión chilanga de los Rockefeller, hasta los ostiones tempura (nuestros predilectos, es un acierto que se hayan atrevido a freírlos), que sirven separados de la concha sobre un caldito de soya con limón para que primero te comas la carnita del ostión y lo remojes en tu boca con la soya acidita que se bebe de un solo sorbo.
Su área de oportunidad está en los postres, ninguno nos sorprendió.
En la barra, el mixólogo Rodrigo Maceda sirve tragos clásicos, como el Pimms & Lemonade, un trago refrescante y cítrico que potencializa el sabor de los mariscos, al igual que el Negroni Sbagliato que lleva prosecco en lugar de ginebra.