Si conoces de antemano el Santino de La Condesa, sabes de antemano con que expectativas acudes a esta sucursal de Polanco: buenas pizzas, una ensalada y un buen lugar para precopear: la decoración es acogedora, la música no es muy alta y en general, te harán sentir como en un restaurante italiano de a de veras.

Después del primer round, llegan las órdenes de la cocina, dejando también mucho que desear: un carpaccio de atún, que servido con alcachofas, sin alineamiento alguno. La pizza, con la que por fin eres feliz, tarda más de treinta minutos en llegar. De lo favorito, el melanzzane: berenjenas con mucho queso, preparadas al horno.

Tip: viernes en la noche, hay casa llena.

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