Nacido hace más de 20 años con la idea de ofrecer comida sana. El Saks se ha convertido en el favorito de los vegetarianos y de los no tanto.
Está ubicado muy cerca del Teatro Insurgentes y es la primera sucursal de esta cadena de restaurantes.
Su fachada de castillo con interiores de luz tenue, paredes con ladrillos de adobe y pinturas de palacios, reyes y princesas te remontan a la época medieval. Sin embargo, la comida no tiene nada que ver con la época, en donde la nobleza acostumbraba darse unos atracones y lo que menos importaba era balancear la comida.
Si te gustan los espacios grandes y bien iluminados para ir a comer, puede que éste no sea tu restaurante ideal. Llega temprano porque siempre se llena y en fines de semana no hay reservaciones para desayunos. No te pierdas el panque de elote, que ha tenido tanto éxito que lo venden por docena y después de las 11 ya no quedan ni migajas.
Lo que destaca de este restaurante es que la comida es libre de conservadores y gran parte de los alimentos son orgánicos. Además, por la calidad e higiene en su cocina y sus alimentos se ha hecho acreedor al Distintivo H, un reconocimiento que da la Secretaria de Turismo y avala la Secretaría de Salud.
Su carta es bastante amplia. Cuentan con menús integrados (que incluyen sopa o ensalada, bebida fría y caliente, plato fuerte y postre), platillos bajos en calorías y jugos de frutas naturales. Hay opciones de carne, aves y menú vegetariano.
Algo de lo más recomendable son las bulemas sefaraditas, deliciosa y crujiente pasta phyla rellena de queso, espinacas y berenjena, acompañado de una fresca ensalada de lechugas con un aderezo de yogur con pepino. La combinación de lo frío, lo caliente, lo fresco y lo cocinado deja un placentero sabor y una sensación de saciedad.
En cuestión de tamaño los platillos varían mucho. Pueden ser muy grandes o como de muestra, así que mejor pregunta.
Si vas con la novia que cuida su peso, pero lo que tú quieres es algo más animal, también hay arracheras, medallones de res y cortes finos de carne.
Para acompañar, lo principal en la cava es el vino chileno La Joya, que lo puedes comprar por caja.
El ambiente es silencioso y relajado, ideal para platicar horas y horas, y el servicio es bastante rápido y amable. Sin embargo, es un lugar bastante oscuro, así que si padeces de la vista piénsalo dos veces.