Roldán 37 no sólo ha logrado colocarse como uno de los favoritos del Centro Histórico, sino que se especializa en lo que viene siendo su chile relleno. ¿De qué? De lo que se te ocurra.
Ahora se ubica en lo que conocemos como la calle peatonal Roldán, pero hace siglos (cuando Chabelo e Ignacio López Tarso iniciaban sus carreras) servía para que las trajineras descargaran los productos que traían los comerciantes.
La casa con el número 37 era un expendio de chiles, de ahí que la especialidad sean los platillos preparados con este ingrediente; incluso en las bebidas. El concepto es “cocina de La Merced” ya que todos sus productos los compran en el mercado homónimo, a excepción de los pescados y mariscos que vienen de Veracruz.
Te recomendamos el chile a la crema: relleno de picadillo y cubierto por una espesa mezcla de crema y queso manchego gratinado, servido con arroz y tortillas de maíz azul recién hechecitas.
Y por qué no, para acompañar tu platillo un medio chile como bebida. Es un chile poblano adaptado como caballito, escarchado con sal de gusano de maguey y preparado ya sea con tequila o mezcal.
Si al final todavía tienes un huequito en el estómago, te sugerimos el postre estrella: el pastel de chile (no, no es cierto). El pastel Roldán es un pecado dulce de tres leches, bañado en una reducción de ron y con nuez garapiñada.